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Comisión Europea

Bruselas rebaja la previsión de crecimiento para España y el resto de la UE

La CE rebajó ayer sus previsiones de crecimiento para 2008, tanto de España (en tres décimas) como de la zona euro (cuatro), pero confía en un rebote de la actividad a finales de año. La apuesta de Bruselas se basa en que, según sus cálculos, EE UU no entrará en recesión.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, reconoció ayer, con motivo de la publicación de las previsiones intermedias de su departamento, que los peores presagios sobre la evolución económica de la zona euro y de la Unión Europea han comenzado a materializarse.

Las turbulencias financieras y bursátiles 'no se han calmado tan pronto como se esperaba'. Los precios del petróleo y de otras materias primas, además de muchos alimentos, continúan batiendo récords. Y el deterioro en EE UU del sector inmobiliario y de la economía en general parece no haber tocado fondo todavía.

Con ese telón de fondo y tomando como referencia las previsiones de las siete mayores economías europeas (Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, España, Holanda y Polonia), Bruselas no ha tenido más remedio que rebajar cuatro décimas la previsión de crecimiento para 2008, tanto de la Unión Europea (que se quedaría en el 2%) como en la zona Euro (1,8%).

España, con una rebaja de tres décimas, hasta el 2,7%, se perfila como el país menos perjudicado, de momento, por la crisis mundial. En otros países, el crecimiento se desploma entre cinco décimas (como es el caso de Alemania y Reino Unido) y siete (Italia).

La ralentización de la economía española, según Bruselas, se debe a la caída de la confianza del consumidor, al enfriamiento del sector inmobiliario y al endurecimiento de las condiciones de crédito. Como consecuencia, el crecimiento español durante 2008 se alejará significativamente del 3,8% alcanzado el año pasado.

Aún así, dentro de la zona euro, sólo Holanda saldrá mejor parada que España. Pero se debe, según la CE, a los ingresos que ha obtenido ese país procedentes de sus reservas de gas natural.

La inflación, en cambio, continúa siendo la asignatura pendiente de la economía española, donde este año crecerá a un ritmo casi similar al de un país en pleno proceso de convergencia como Polonia. Almunia atribuyó la contumaz inflación española desde que empezó el euro 'al impacto de la política monetaria '. Pero además de los tipos de interés, excesivamente bajos para el ritmo de crecimiento de España, el comisario cree que hay 'tensiones inflacionistas de carácter estructural en los sectores protegidos de la competencia exterior, en especial, en el sector servicios'.

Bruselas, de todos modos, revisó ayer al alza cinco décimas, hasta el 2,6%, la previsión de inflación de toda la zona euro y hasta el 2,9% en el conjunto de la UE.

Almunia descartó, no obstante, cualquier riesgo de estanflación, 'En absoluto. Vivimos en un escenario de menor crecimiento y más inflación. Pero el crecimiento se mantienen y la inflación puede controlarse'.

Para el comisario europeo, el mensaje a la opinión publica en estos momentos debe ser entre 'realista', admitiendo las dificultades, y 'optimista', porque todos los socios de la Unión Europea están en buenas condiciones para superarlas. El principal motivo de esperanza para la Comisión estriba en que, en contra de lo temido durante 2007, ahora calcula que EE UU no va a entrar en recesión. 'Ese es nuestro escenario principal', apostó Almunia. La hipótesis es se basa en que el plan fiscal de la administración Bush funcione.

En defensa de la banca española

El comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, descalificó ayer como 'irresponsables' a quienes siembran dudas sobre la fortaleza del sistema financiero español. El portavoz parlamentario del Partido Popular, Eduardo Zaplana, ha expresado su convencimiento de que algunos bancos y cajas 'tienen dificultades'. El número tres del PP atribuye sus sospechas a lo leído 'en la prensa internacional' y a lo oído 'en las comparecencias del gobernador del Banco de España'. Almunia, que ayer revisó a la baja su previsión de crecimiento para España, descartó que el recorte tenga relación con las supuestas dificultades del sector bancario español. 'En absoluto. Y me parece irresponsable que algunos supuestos responsables políticos se expresen en esos términos'.

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