Apuestas para mantener el pulso económico
Los expertos reclaman reformas dinámicas a quien gane las elecciones del 9 de marzo para mantener el progreso. Mercado de trabajo, suelo, energía, distribución e impuestos, asuntos inevitables
Los economistas coinciden, y los partidos políticos también, en la necesidad de mantener un proceso dinámico de reformas estructurales para que la economía mantenga el pulso competitivo con los países más desarrollados. Pero no coinciden unos con otros en los mercados a transformar ni en la intensidad de los cambios, aunque el objetivo es siempre sacar a la economía española y sus agentes económicos lo mejor de sí. Los programas de los partidos enumeran las reformas, y con la salvedad de las fiscales, no sobrepasan la orientación general.
Los analistas de la política económica mantienen, además, un criterio unitario acerca del calendario para transformar una economía. Estiman que 'las modificaciones deben hacerse cuando las circunstancias económicas y financieras son favorables', aunque los afectados por las reformas suelen impedirlo hasta que no queda otro remedio y las crisis empujan a ejecutarla. Y hay consenso pleno en que lo que no se haga en la primera parte de una legislatura, no se hace.
En las materias sometidas a revisión continua no hay retrocesos, aunque en la última legislatura se han dado pasos muy lentos en algunas de ellas. Además, el Gobierno ha puesto más el foco en reformas de carácter social y menos en las económicas, entre otras cosas por la escasa presión de la coyuntura, en todo momento generosa con el crecimiento. Pero también ha revisado algunas de las apuestas reformadoras de la administración a la que relevó, y en muchos casos los expertos aconsejan rescatarlas.
Ángel Laborda, que coordina el servicio de Estudios de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), recuerda que la integración en la UE y la descentralización administrativa hacia las autonomías, han quitado la mayoría de las atribuciones que los Gobiernos tenían en sus manos para solventar las crisis. 'Carecemos de las herramientas monetarias para estimular el crédito o frenar la inflación; no disponemos del tipo de cambio con el que históricamente restauramos el equilibrio exterior; y hemos traspasado la gestión de la inmensa mayoría de competencias a las regiones, así como la capacidad fiscal'. 'Con este escenario -insiste- las crisis sólo pueden solventarse con economías muy flexibles, que sólo se logran con reformas continuas en los mercados de bienes, servicios y factores; la reforma laboral, de la distribución, del suelo, la energía o los impuestos son cruciales, aunque los efectos de las reformas no de corto plazo'.
Maquillajes
Todos los expertos consultados admiten que el mercado de trabajo debe reformarse de forma continua, y que en los últimos años se han hecho sólo maquillajes formales. Aunque se han hecho modificaciones desde 1979, 'la legislación laboral conserva el tronco del antiguo régimen, del modelo franquista y paternalista', asegura Laborda. Considera que hay que abaratar el despido, pero sobre todo 'eliminar el intervencionismo administrativo en los procesos de ajuste', y 'permitir que con plena autonomía empresa y comités ajustes las condiciones laborales a las necesidades reales'.
Juan Iranzo, del Instituto de Estudios Económicos, estima que debe introducirse más flexibilidad en todas las relaciones laborales, y 'establecer unas condiciones de salida del mercado (despido) igual para todos, y terminar con el fraccionamiento actual'. Añade que debe democratizarse el convenio colectivo, de tal forma que se adapte a la situación del mercado, 'eliminando la ultraactividad de sus contenidos', y 'proporcione movilidad geográfica y funcional'.
ENERGÍA, IMPUESTOS, Y AGUA
Hace también hincapié en un giro en la fijación de salarios, para que 'se liguen a la productividad'. Laborda añade que 'los convenios deben adaptar la remuneración a los ciclos para afrontar los vaivenes de la actividad sin perdidas de empleo', y que el seguro de protección por desempleo deje de ser un refugio para estímular la búsqueda de trabajo. El mercado de producción y distribución de energía ha ganado protagonismo en las demandas de los expertos en la última legislatura, por su encarecimiento y efecto sobre el resto de la actividad vía costes. Iranzo pide estímulos claros al ahorro a la diversificación de la oferta, con más intensidad que ahora, con 'una apuesta clara por la energía nuclear que prolongue la vida útil de las centrales actuales y ponga en marcha tres nuevas en los emplazamientos existentes'. Laborda cree que 'España es una isla energética que carece de estrategia, así como de competencia que beneficie a los clientes'.
Colateralmente a la reforma energética, que ha estado siempre en ebullición, aparece el agua. A juicio de los expertos no se ha dado con la solución, e Iranzo quiere rescatar 'el Plan Hidrológico y los trasvases, entre otros el del Ebro'.
Los expertos también señalan la necesidad de cambios en la fiscalidad, pero más en la estructura de los impuestos que en una reducción general de los mismos. Iranzo estima que debe concentrarse en la bajada en Sociedades, hasta el 20%, así como una reducción de hasta tres puntos en las cotizaciones de las empresas a la Seguridad Social. Ángel Laborda advierte que no es el momento de bajar impuestos, sino de ser selectivo en su aplicación, estimulando la economía productiva y el ahorro. Además, al igual que Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada, considera que las necesidades de inversión en infraestructuras, educación, sanidad y tecnología son tales, y tan baja la presión fiscal comparada, que 'hay que pensar mucho si debemos bajar los impuestos'.
Los expertos citan también a la distribución comercial como un sector que precisa de reformas, de manera que se rescate la unidad de criterio en el territorio nacional, para incrementar la competencia y aligerar tensiones de precios. Aparece el suelo como un problema recurrente, aunque todos admiten que en el último ciclo la disposición de suelo ha sido abundante, aunque a un 'precio alto, que ha absorbido muchos recursos de las familias que no se han podido destinar a otras inversiones más provechosas', según Laborda.
Educación y productividad
'Educación, productividad y competitividad tienen una relación directísima', asegura Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona. A su juicio 'hay que concentrar los esfuerzos en reducir el fracaso escolar en primaria y secundaria, por un lado, y poner más énfasis en los estudios científico-técnicos, superando el déficit que tenemos en matemáticas, que es clave para el futuro de una economía avanzada'. Para ello propone que, 'en vez de reducir los impuestos, se utilice la capacidad de maniobra que proporciona tener una de las tasas de presión fiscal más bajas de la UE para invertir en educación, además de tecnología o infraestructuras en general'.Reclama también una atención especial de los partidos a la universidad, y al papel que como institución debe jugar en el futuro de la economía y en la recomposición de la productividad, 'con incentivos explícitos a su personal en tal sentido'.
Programas de los partidos
Garantizar el pelo éxito escolarEl Partido Socialista propone pocas reformas estructurales integrales de los mercados, y plantea mantener sus políticas, con medidas concretas más detalladas. Mantendrá como está el mercado de trabajo, elevando el salario mínimo a 800 euros al mes en la legislatura, y con más medidas a favor del empleo estable. Pondrá en marcha una nueva 'Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación', con una atención especial para movilizar la iniciativa privada. El programa del PSOE hace especial hincapié en la educación que garantice una mejora de la dotación profesional futura. Para ello pretende 'garantizar el éxito escolar de todo el alumnado', 'elevar la inversión en universidades en el 1,5% del PIB, y que el 85% de los jóvenes de 18 a 24 años tengan bachillerato o formación profesional de grado medio'. En energía ofrece una ley de 'eficiencia energética y energía renovable, para transitar a una economía baja en carbono'.Unidad de mercado y menos gastoEl Partido Popular pretende convertir a España en 'una de las cinco economías más avanzadas del mundo'. Propone una reforma fiscal, con un IRPF de tres tramos y tipos del 40%, 30% y 20%, y desfiscalizar los 16.000 primeros euros de salario. Quiere limitar por ley el crecimiento del gasto público, 'siempre por debajo del PIB nominal'. Propone un Acuerdo Nacional sobre Competitividad que reduzca Sociedades al 25% y del 20% para pymes, así como una 'Ley de Unidad de Mercado que garantice la libertad económica en toda España, fomente la competencia y promueva la vigilancia de los precios'. Plantea una profunda reforma del Estatuto de los Trabajadores para adaptarlo a 'la realidad socioeconómica'. Reforma educativa con 'un ambicioso programa de aprendizaje de inglés'. En energía pretende reducir la dependencia exterior, y quiere cambios para 'garantizar la independencia de CMT, CNMV, CNE o CNC'.Un pacto energético hasta 2030Las propuestas de Convergència i Uniò se centran en la fiscalidad, con rebajas en todos los tributos, pero siempre que se mantenga a salvo el equilibrio presupuestario. En Sociedades proponen 25% de tipo general; 20%, para pymes; y 25%, para microempresas, y siempre con libertad de amortizaciones por inversión. Propone políticas de competencia para mejorar el funcionamiento de los mercados, entre ellos el laboral, buscando el objetivo de la 'flexiseguridad', y pactando políticas de innovación y desarrollo, así reforzar la transferencia de conocimientos entre la universidad y las empresas. Plantea, por último, un pacto de Estado sobre la energía con horizonte en 2030.Protagonista el sector públicoIzquierda Unida ofrece un cambio e modelo productivo basado en un sector público que recupere el control de la actividad, acompañado de un plan integral de política industrial y desarrollo tecnológico. En materia energética propone cambios en la forma de producir y consumir, y destaca la necesidad de una moratoria nuclear. En fiscalidad pretende lograr un sistema con suficiencia financiera y equitativo, en el que se persiga el fraude fiscal y la circulación de dinero negro.Propone también la creación de una renta básica para todos los españoles. En materia de educación plantea una apuesta por mecanismos 'completamente públicos y laicos'.