La banca española ante la crisis crediticia
La banca española sufre tanto como la europea pese a estar libre de activos 'subprime'
Los bancos han entrado sin remedio en la lista de valores malditos para el mercado y el azote vendedor maltrata a todos por igual, haya o no pérdidas por las hipotecas subprime de por medio. Santander -libre de hipotecas basura- pierde en el año el 21,4%, casi lo mismo que Société Générale, que se desfonda el 23% después de haber confesado un agujero de 4.900 millones de euros por la actividad descontrolada de su ya famoso ex broker Jérôme Kerviel, más una provisión de 2.050 millones de euros a cuenta de la crisis hipotecaria estadounidense.
A BBVA de poco le sirve que, en medio de la crisis de liquidez de la banca europea y de la inquietud por la sostenibilidad de la actividad crediticia, Standard & Poor's le haya elevado el rating a largo plazo de la entidad de 'AA-' a 'AA'. La acción pierde en el año el 19,6%, no muy lejos del retroceso del 25,11% de Natixis, que el viernes se sumó al abundante listado de entidades afectadas por las hipotecas subprime. El anuncio de una dotación extraordinaria por mil millones de euros se llevó por delante el 10,7% de la capitalización del banco.
La banca española ha insistido en recordar al mercado que no está contaminada por las hipotecas basura y ha mantenido sus promesas de crecimiento y reparto de dividendo en la presentación de sus resultados anuales. La propia OCDE felicitaba el viernes al conjunto de la banca por resistir a la crisis internacional mejor que en otros países. 'Chapeau al sistema financiero español', señalaba su secretario general, el mexicano Ángel Gurría. Pero unas cuentas de resultados correctas no bastan para un mercado que desconfía del conjunto del sector bancario y que además vigila con lupa la fuerte exposición de la banca española a un negocio inmobiliario en claro retroceso. 'Los gestores internacionales temen al pinchazo de la burbuja inmobiliaria española y al futuro del crédito a promotores concedido por el sector financiero español', explica Ignacio Ulargui, analista de ING Wholesale Banking.
Así, sólo Santander y BBVA se salvan de las recomendaciones mayoritariamente negativas de los analistas internacionales para la banca española. Los gestores han denostado a los bancos medianos por su concentración en el negocio doméstico y el ladrillo y Popular pierde en el año el 19,8%, con caídas del 17% para Banesto, del 22,5% para Bankinter y del 18,7% para Sabadell. La excepción es Banco Pastor, que se salva de las ventas anuales y es el segundo mejor valor financiero del índice DJ Europe Stoxx Banks, que reúne a 62 valores. La entidad gallega sube en el año el 3,2%, frente al castigo del 27,7% del pasado año, en que fue el peor banco del mercado continuo, sólo superado en las pérdidas por algunas filiales del Grupo Popular. Y pese al brillante comienzo del año, también los títulos de Pastor comienzan a flaquear una vez presentados los resultados anuales. Fortis ya rebajaba el viernes su recomendación para el valor a reducir.
'Aunque en España no hay pérdidas por hipotecas basura, hay un evidente riesgo macroeconómico. Y el sentimiento negativo del mercado hacia la banca también se traslada a las entidades españolas', explica Diego Barrón, analista de Fortis.
En la actualidad, cotizan más en Bolsa las expectativas de un futuro de menor crecimiento de beneficios por el parón inmobiliario que el presente de unas cuentas de resultados libres del virus subprime. UBS apunta que el mercado se está adelantando a los acontecimientos que se verán en 2009, en que la desaceleración económica en España golpeará los resultados de la banca, al tiempo que una mayor competitividad presionará sobre los márgenes de negocio. La entidad suiza se ha sumado a la corriente de revisiones a la baja para las entidades españolas y ha recortado recientemente su estimación de beneficio por acción para BBVA y Santander en el año 2009 el 5% y el 7%, respectivamente.
Fuentes de mercado apuntan también a un excesivo pesimismo de los gestores internacionales hacia la banca española, sin pasar por alto cierta animadversión desde algunos sectores de la banca británica. 'Hay mar de fondo y una situación económica y financiera complicada. Los gestores británicos se han quedado con la idea de que hay pinchazo inmobiliario en España y ahora resulta muy difícil que abandonen esa idea', apunta el analista de una firma internacional.