La mitad del electorado tiene un sentimiento negativo del momento económico, según el CIS
La opinión de los españoles sobre la salud de la economía empeora mes a mes. Si el pasado diciembre el sentimiento negativo afectaba al 36% de los ciudadanos, en el barómetro elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en enero este porcentaje aumentó hasta el 46%. En paralelo, la distancia entre el PSOE y el PP se redujo a sólo 1,5 puntos, aunque la intención directa de voto beneficia a los socialistas en casi 10 puntos.
Si la economía fuera la que decidiera el resultado electoral del próximo 9 de marzo, el PSOE tendría motivos para la intranquilidad y el PP para la esperanza. El sondeo del CIS dado a conocer este viernes, con una muestra de 18.625 entrevistas recogida entre el 21 de enero y el 4 de febrero, refleja que el 45,9% de los ciudadanos considera la coyuntura mala o muy mala. El pasado diciembre, en plenas Navidades, este porcentaje era del 36%. Una de las conclusiones es que la opinión de los españoles sobre la situación económica es bastante peor de la que tenían en marzo de 1996, año del primer triunfo del PP en unas elecciones generales. En aquel entonces, casi el 38% de los encuestados reflejaba este sentimiento tan negativo.
Desde aquella fecha, la tendencia a mejor ha oscilado en niveles moderados. En el paso del ecuador de la primera legislatura del PP, el sentimiento negativo descendió hasta el 20% de los encuestados. En marzo de 2000, José María Aznar consiguió la mayoría absoluta con una percepción de la economía en negativo albergada sólo por el 13% de los ciudadanos. Cuando, contra todo pronóstico, José Luis Rodríguez Zapatero ganó las elecciones generales de 2004, este sentimiento negativo heredado del Gobierno del PP sólo afectaba al 14% de la población, según los datos del propio CIS.
La encuesta de enero aporta también datos de voto. La estimación reduce la ventaja del PSOE sobre el PP a sólo 1,5 puntos, lo que supondría en realidad un empate técnico perfectamente superable en la campaña electoral. Pero la experiencia de 1996, 2000 y 2004 demuestra que tan importante como la estimación es la intención de voto directa que refleja la encuesta, más coincidente con el resultado final en todas las elecciones generales celebradas en esas fechas. En enero pasado, esta intención de voto le da al PSOE 10 puntos de ventaja sobre el principal partido de la oposición.
Dos respuestas claves
Hay dos preguntas que también incorpora el barómetro a las que los expertos conceden importancia. Se trata de ver qué partido considera el electorado que va a ganar y cual quisiera que triunfara. En los dos casos, las respuestas favorecen de forma mayoritaria al PSOE.
El sondeo publicado el viernes aporta datos interesantes para conocer las principales señas de identidad que acompañan a los dos principales partidos en liza. La mayoría de los ciudadanos considera que lo que mejor ha gestionado el Gobierno de Zapatero es la sanidad y la política social. En el lado negativo se apunta la vivienda y la inmigración. A la pregunta de qué políticas hubiera gestionado mejor el PP, los encuestados priorizan la economía, la lucha antiterrorista y la propia inmigración, tres de las áreas en las que el líder de este partido, Mariano Rajoy, aspira a desenvolverse con mayor facilidad en lo que queda de campaña.
¿Se cocinan bien los sondeos?
La fórmula magistral con la que el Centro de Investigaciones Sociológicas convierte la intención directa de voto que el ciudadano exterioriza en las encuestas en estimación de voto, ha sido tradicionalmente un misterio para el gran público e incluso, en etapas pretéritas, para la oposición. Sin embargo, el algoritmo que se utiliza para cocinar los sondeos tiene su importancia pues del mismo depende su posible grado de manipulación o de error, teniendo en cuenta también que la demoscopia no es una ciencia exacta, sino probabilística. El propio CIS suele advertir que la aplicación a los mismos datos de otros modelos podría dar lugar a estimaciones diferentes.En la mayoría de los procesos electorales de carácter general celebrados últimamente en España, la intención de voto reflejada en las encuestas del CIS se ha aproximado mucho más al resultado final que la estimación de voto. Por algo será.