España pierde el favor de los inversores extranjeros
China e India, destinos favoritos de las empresas según un informe
España ya no es different. Gran parte del atractivo que poseía para el capital extranjero ha desaparecido, y las grandes empresas prefieren mirar hacia los nuevos mercados emergentes. æpermil;stos son los resultados del Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa, que analiza los destinos favoritos de las grandes compañías en el exterior. España ya no figura entre los 25 mejores, y ha caído 18 puestos en un año, del 17 al 35, en un imparable descenso desde que en 2002 ocupó el séptimo lugar.
La encuesta, realizada por A. T. Kearney, recoge la opinión de directivos y consejeros de unas 100 grandes compañías de 60 países y 17 sectores diferentes. 'Tras 30 años de fuerte crecimiento, España está viviendo un proceso de consolidación y en 2006, por primera vez, exportó más inversiones de las que recibió', explicó Martin Walker, autor del estudio. 'De ser una economía emergente necesitada de capital ha pasado a ser un país maduro que exporta inversión', añadió.
China e India repiten en la cabeza del ranking. Entre ambos poseen más de dos tercios de la población total del mundo: un gigantesco mercado potencial con un crecimiento económico vertiginoso. Un paraíso para las compañías extranjeras. China es líder por quinto año consecutivo: el 35% de los encuestados lo consideran un destino más atractivo que el año pasado. India, el sueño dorado del sector servicios y de las telecomunicaciones, mantiene la segunda plaza que ocupó en 2005, cuando desplazó a Estados Unidos. Tres cuartas partes de los ejecutivos sostienen que piensan invertir en este destino en los próximos cinco años.
Las compañías aún confían en EE UU, pese a la crisis de su sector financiero
Los mercados emergentes tienen en sus manos el futuro de la economía mundial: 15 de los 25 destinos más atractivos para la inversión extranjera pertenecen a esta categoría, como Emiratos Árabes Unidos, Sudáfrica, Qatar o Dubai. El estudio, sin embargo, mide las preferencias de los empresarios, pero no la cantidad que destinan a estos países. Así, el flujo total de inversiones en China e India está aún muy por debajo de los países desarrollados: Europa y Estados Unidos siguen siendo los gigantes de la economía mundial.
Estados Unidos conserva el tercer puesto. Pese al clima revuelto que vive su sector financiero, las empresas mantienen la confianza en su capacidad: sólo el 4% de los directivos tiene previsto reducir sus inversiones en EE UU este año.
Europa está dominada por Reino Unido (cuarto lugar), Alemania (10) y Francia (13): el dinero recibido entre los tres supera toda la inversión extranjera en Asia en 2006. Y mientras Polonia y la República Checa ceden muchos puestos, el informe anticipa la futura inclusión entre los mejores 25 de Rumanía y Bulgaria, con salarios más bajos y condiciones muy atractivas para las compañías que quieran instalarse allí. En América Central y del Sur, los entrevistados se muestran disuadidos por el auge del populismo político, y tan sólo aparece Brasil, en una destacada sexta plaza.
El estudio estima que, el año pasado, el flujo de inversiones extranjeras fue de 0,90 miles de millones de euros. 'Esta gran cantidad prueba que las empresas no creen que vaya a haber recesión', concluyó Walker.
Preocupados por la sostenibilidad
La sostenibilidad de las inversiones, en relación con la energía y el medio ambiente, es la gran preocupación de las empresas, según el estudio de A. T. Kearney. El 66% de los consultados considera que la escasez de recursos energéticos y la competencia mundial que generará serán los mayores retos para las compañías en los próximos 20 años. El cambio climático también es motivo de inquietud para el 55% de los inversores, mientras que la competencia por los recursos naturales no energéticos y el aumento de la contaminación son señalados por el 47% y el 44%, respectivamente.Sin embargo, algo menos de la mitad de las empresas no han adoptado todavía programas para mejorar la eficiencia de su uso de la energía, y sólo un 34% está creando códigos sostenibles para guiar sus actuaciones corporativas. Además, el 75% de los directivos asegura no evaluar si las estrategias de sostenibilidad les aportan beneficios.Finalmente, un 33% de los inversores se muestra preocupado por las desigualdades entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo. Pero estas diferencias se están reduciendo, según Martin Walker: 'Estamos en la tercera fase de la globalización; un modelo que representa un cambio de patrón en el que occidente ya no reina como antes'. Para el autor del estudio, 'occidente ya no domina los fondos de inversión disponibles, y por primera vez los países en desarrollo invierten unos en otros', como es el caso de China en África.