El Harvard español cumple 20 años
La escuela del Banco de España para investigadores y gestores (Cemfi) cumple 20 años
Es conocido como el Harvard español'. Lo asegura el profesor Javier Suárez, posdoctorado en la prestigiosa universidad de EE UU. Así es como este investigador describe a Cemfi, donde imparte clases de economía bancaria y finanzas empresariales. 'Es uno de los mejores centros el mundo, pero sólo en el ámbito económico, por eso no tiene el nombre de las grandes universidades'. Pero él lo compara con cualquier buen departamento docente.
El Centro de Estudios Monetarios y Financieros nació en 1987 porque 'había una insuficiencia en la oferta de economistas de alta cualificación', explica Samuel Bentolila, subdirector de esta escuela. Así lo había detectado el Banco de España en su propia contratación y en el sector supervisado. Luis Ángel Rojo, futuro Gobernador, encargó al jefe de Estudios, Rafael Repullo, que pusiera en marcha un programa de estudios de posgrado dirigido a la formación de especialistas de alto nivel. Repullo, doctor en Economía por la London School of Economics, empezó él sólo junto a una secretaria. Hoy en día tienen 400 ex alumnos y doce profesores captados entre los mejores investigadores para un máster de dos años (asociado a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo) y un doctorado.
Pero ¿qué diferencia la formación de este centro de otro posgrado? Las razones son varias. La primera, que tiene 'a la investigación de alto nivel en el centro de su actividad', asegura Bentolila. Los alumnos aquí aprenden a investigar, a entender la economía de una forma profunda, no epidérmica. La segunda, una selección muy rigurosa por expediente, conocimiento de inglés, examen de admisión y entrevista. Otra de ellas, la gran interacción entre alumnos y profesores, en un ratio de 5 a 1. Y, por supuesto, la dedicación exclusiva.
El centro ha recibido 80 solicitudes del extranjero para el próximo curso
'Esto es una mili de dos años, en el futuro ya le pueden echar lo que quieran a nuestros alumnos que lo van a aguantar', afirma riguroso Bentolila en su pequeño y austero despacho de la institución. 'Esto es muy duro', reconoce Elena Manresa, 25 años, una alumna de la vigésima promoción. Ella está en su segundo año de posgrado. 'Hay una gran carga de trabajo', explica. Al menos 15 horas semanales de estudio, más seminarios, muchas horas de estudios y prácticas y su primera tesina en el último trimestre. No todos aguantan el ritmo.
Los alumnos suelen ser recién salidos de la facultad. Entre 21 y 25 años. Los economistas y los licenciados en Administración de Empresas son mayoría, pero también ingenieros o físicos. Elena es matemática, pero 'no quería dedicar mi vida a algo tan abstracto', se sincera. Le gustaban las matemáticas financieras y por consejo de profesores y de su padre, economista, decidió acudir al centro, por su prestigio. Aquí sus conocimientos le vienen muy bien, porque su base de la carrera y 'de estadística, son fundamentales', explica Bentolila, para los modelos de la economía más moderna. '¡Hay que aprender con los datos!', exclama.
Los alumnos pululan por un antiguo, pero modernamente rehabilitado palacete de los marqueses de Santa Cruz, en el centro de Madrid. El ambiente es el de una facultad, más que el de un máster de una escuela de negocios. Los profesores tienen dedicación exclusiva.
'El reto intelectual es lo que más me atrae y la libertad para la investigación', asegura satisfecho Suárez. Actualmente el centro está en pleno proceso de selección de nuevos docentes. Todos deben disponer de un extenso currículum investigador e impartir un seminario en Cemfi. Tres estadounidenses, un inglés, un italiano y un español son los candidatos finales. Estarán a las órdenes del director, Rafael Repullo, y de Manuel Arellano, quizás los dos miembros más reconocidos de la escuela. La función de todos ellos: 'contribuir a tallar unos diamantes en bruto', según Suárez.
Cuando las piedras preciosas están pulidas llega la hora marcharse. 'Esto les cambia la vida, es un salto cualitativo en el nivel de conocimiento y en un salario más alto', asegura el subdirector. No tienen problemas para encontrar trabajo. En el curso anterior, el 89% ya había aceptado un empleo tan sólo un mes después de terminar y tenían alrededor de tres ofertas por cabeza. Los cargos que suelen ocupar: analista de riesgos de mercado o de crédito, gestor de fondos, en servicios de estudios o en consultorías. 'Son muy polivalentes', afirma Bentolila. Además de trabajar para el Banco de España o para los distintos organismos reguladores.
El sector financiero es el que más los demanda. BBVA encabeza el ranking por número de contratados, junto al supervisor: alrededor de 60. Las prácticas de verano abren una primera puerta, pero sobre todo la recomendación de antiguos alumnos, porque saben que son 'gente que ha tenido muy buena formación y es capaz de trabajar duro bajo presión', cree Elena. Pocos dan el salto a la actividad política. 'Esto no es la ENA francesa', niega Bentolila. Tampoco es un MBA donde se enseñe marketing ni liderazgo de equipos. 'No los verá como grandes figuras políticas ni como consejeros delegados de las grandes empresas, aunque su trabajo haga mucha falta'. El reto pendiente para la escuela es la internacionalización. Este año han empezado a impartir las clases en inglés y para el próximo ya han recibido 80 solicitudes desde fuera de España.
Perfiles. La brillante cantera del Cemfi.
Elena Zoido / LECG. Una elección por la consultoría.'He tenido un experiencia híbrida entre la vida académica y la profesional'. Elena Zoido (Madrid, 1972) llegó al Cemfi en 1995. Después se fue a Harvard, donde estuvo cinco años estudiando el doctorado. Entonces fue cuando le llegó el momento de decidir si continuar como docente en alguna universidad. 'Decidí optar por el mundo profesional'. Un antiguo maestro del centro le propuso trabajar para la consultora estadounidense LECG en Madrid, como directora en un grupo sobre competencia. Su vínculo al Cemfi es aún mayor y anecdótico: está casada con un actual profesor.Fernando Navarrete / FAES. Ideas para el 'think tank' del PP.A las 7.20 del domingo estaba atendiendo a la COPE. La atención mediática de su nueva responsabilidad como director de Economía y Políticas Públicas de FAES, el think tank del PP, la lleva con 'cierta sorpresa'. Esta fundación fichó a Fernando Navarrete (Madrid, 1976), en septiembre de 2007, del Banco de España. Allí había llegado desde el Cemfi, donde entró en 1999. Para él, este centro es 'muy buena base para preparar oposiciones', más teórico que otros máster, y sirve 'para testar cuáles son las mejores universidades', por los alumnos que llegan hasta allí.Alberto Abadíe / Harvard. Estudios de terrorismo en EEUU.Llegó al Cemfi en 1993 buscando la excelencia académica. 'Yo lo defino como un centro de alto rendimiento'. Alberto Abadie (Bilbao, 1968) se doctoró en 1999 en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) con una tesis sobre econometría. Cuando terminó le contrataron como profesor en Harvard (EE UU), donde imparte clases de Economía y Estadística. Colabora, además, con el Centro Nacional de Contraterrorismo del Gobierno de EE UU, como experto en estudios sobre las causas y consecuencias del terrorismo, con especial interés en el caso vasco.Juan Carlos García Céspedes / BBVA. Experto en riesgos financieros.Dice que es una 'rara avis'. Desde que eligió a Argentaria en 1994 no ha cambiado de entidad. Tras las sucesivas fusiones, Juan Carlos García Céspedes (San Sebastián, 1965) es director de Metodologías de Riesgo de BBVA. Allí está a cargo de un equipo de 30 personas, algunas de ellas graduadas por Cemfi, como él. Ingeniero Industrial, le 'picó el gusanillo' de la economía después de hacer un MBA en Deusto y llegó en 1990 a la escuela de finanzas. ¿Cómo eligió el centro? 'Vi en la prensa un anuncio con el logo del Banco de España. Me dije: 'esto va a ser serio'.Raquel Carrasco / Universidad Carlos III. Sin necesidad de enchufes.'Lo bueno del Cemfi es que ya vas con suficientes credenciales, no necesitas de ningún enchufe'. Raquel Carrasco (Madrid, 1970) lo sabe bien. Ella no conocía a nadie en la Universidad Carlos III -donde es profesora de Econometría- cuando entró a trabajar en 1999. La ficharon por su expediente. En 1993 entró en la escuela del Banco de España 'sin tener claro' si quería hacer el doctorado. Pero allí realizó su tesis sobre fertilidad y mercado de trabajo. 'Me decidí por la universidad'. Posteriormente se marchó con una beca posdoctoral a la Universidad de Copenhague.Gabriel pérez Quirós / Banco de España. De Alan Greenspan a Zapatero.Al principió lo 'pasó bastante mal' en el centro financiero. 'Había mucho nivel'. Gabriel Pérez Quirós (Murcia, 1966) venía, en 1989, de la universidad de su región y 'el Cemfi me cambió la vida', porque antes 'no tenía muchas expectativas'. Se doctoró en San Diego (EE UU), se fue a la sede de la Reserva Federal en Nueva York donde hizo investigaciones y operaciones de mercado abierto. De ahí se fue al BCE en Fráncfort, luego al Banco de España, donde Miguel Sebastián le fichó para la Oficina Económica del Presidente del Gobierno. Ahora está de vuelta en Alcalá 50.
Entrevista con Maurici Lucena. Director general del CDTI y graduado del Cemfi (1999). 'Siempre tuve una vocación política'
Maurici Lucena (Barcelona, 1975), economista y director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, es un graduado del Cemfi. Antes trabajó en la consultora Solchaga, Recio & Asociados y como profesor de la Universidad Carlos III. A la cúpula del CDTI llegó con tan sólo 28 años.¿Por qué eligió el Cemfi para estudiar?Tenía claro que quería completar mi formación como economista y también que, en principio, no me quería doctorar. Para mí, era una mezcla perfecta de un programa académico de excelencia con uno de los pocos sitios en España donde te becaban.¿Qué le ha aportado como gestor en estos cuatro años?El Cemfi tiene la gran ventaja de proporcionarte una base económica muy sólida. Luego te resulta muy útil, aunque aquí nos dediquemos a las ayudas de I+D+i. Los conocimientos adquiridos en el Cemfi, por ejemplo, me han resultado de gran ayuda para mejorar el diseño de las herramientas de estímulo público a la I+D+i empresarial.¿Es una cantera de la Administración pública?No. Así de entrada, no. Es posible que dentro de algunos años haya algunos altos cargos. La idea original de Luis Ángel Rojo fue cubrir un hueco en la profesión económica de nuestro país a través de un programa que combinara la formación de investigadores con la de economistas de alta cualificación que trabajaran, por ejemplo, en el sector financiero.¿En qué medida fue importante su paso por el Cemfi para ser nombrado director general del CDTI con tan sólo 28 años?Eso habría que preguntárselo a José Montilla. Lo que sí tengo es la sensación de que en esa época tenía una solidez analítica que estaba construida sobre todo en lo que aprendí en el Cemfi.¿En qué momento decidió dar el salto desde la consultoría a la actividad pública?Siempre tuve una cierta vocación política, porque me consideraba un economista de izquierda. Participé en la elaboración del programa económico que dirigía Miguel Sebastián cuando en 2004 José Luis Rodríguez Zapatero se presentó a las elecciones. El ministro in pectore me ofreció algo que era atractivo y en lo que por mi formación microeconómica yo tenía algo que decir.¿Si se lo ofreciesen seguiría vinculado a la política en la próxima legislatura?Sí, pero depende. A mí me gustaría mucho seguir, si ganara Zapatero, siempre y cuando considere que el puesto para el que cuenten conmigo se adapte al conocimiento que yo puedo aportar.¿Incluso continuar en el CDTI?Sí.