Las lecturas preferidas de los empresarios
Son profesionales y empresarios. Con las agendas llenas. Pero no pueden entender su vida y su vocación sin los libros que les han acompañado desde su juventud. Con ellos aprendieron historia, arte y economía. Y a ser hombres de acción
Antonio Garrigues Libros jurídicos, económicos y ensayos.
'Tener libros por tener es inútil' opina Antonio Garrigues Walker (Madrid, 1934) presidente de la firma de abogados Garrigues, a la que se incorporó en 1959.
Convencido de ello, el pasado año, Garrigues, presidente de Honor de España del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), entre otros cargos, decidió donar su colección de libros, entre 4.500 y 5.000, de diferentes temáticas, a una misión de jesuitas en Latinoamérica. 'Había ojeado los libros, pero nada más; pensé que podían tener interés para otras personas'.
A Antonio Garrigues le encanta que la gente pueda leer y aconseja a los demás que hagan lo mismo que él. Se ha quedado, no obstante, las obras jurídicas y las económicas, a las que dedica bastante tiempo, y los ensayos que le interesan, fundamentalmente, los que hablan de globalización, fenómenos de revolución cultural, manipulación genética o nanotecnología, cita.
Además, ha conservado unos cuantos libros muy antiguos, de gran valor, aunque tampoco descarta donarlos con el tiempo.
En estos momentos, el presidente de Garrigues calcula que su biblioteca debe estar compuesta por unos 150 libros, que maneja para sus conferencias (imparte entre 80 y 90 al año).
Nada de novela, 'no me gusta casi nada', confiesa; prefiere, en cambio, la poesía y el teatro.
Santiago Dexeus Un médico amante de los toros y la poesía.
El doctor Santiago Dexeus heredó de su padre la profesión, la vocación lectora y algunos de sus mejores libros: 'de él conservo una bellísima historia del arte en trece volúmenes e ilustraciones en blanco y negro del año 1932 (Editorial Labor) y una pequeña colección de libros de Medicina editados a partir de 1700, de valor incalculable'. Dexeus se reconoce lector desde niño: 'Recuerdo el gran placer de los sábados noche cuando se me permitía ojear cuanto quisiera. De niño los famosos tebeos, luego las novelitas de héroes y del oeste, finalmente la Regenta y luego los libros que forraba para ocultar autor y título de miradas indiscretas. Uno de los primeros de esta serie fue El segundo sexo, de Simone de Beuavoir'. Su formación literaria está íntimamente ligada a su oposición antifranquista 'cuando nos disputábamos los textos editados por Ruedo Ibérico y las editoras mejicanas que nos suministraban los libros de un existencialismo en pleno auge y episodios de la guerra civil jamás admitidos por los vencedores'. Hoy entre sus volúmenes más queridos, los de poesía, de la que se reconoce un lector enamorado, el Cossío y una historia de los toros de Néstor Luján. Y entre los libros dedicados, el último de Jaume Sobreques sobre historia, el del Conde de Sert y la dedicatoria de su padre con motivo de la segunda edición de su obra magistral sobre Obstetricia.
Jesús Banegas De lector impenitente a editor de Italo Calvino.
La biblioteca de Jesús Banegas está construida libro a libro. No la heredó porque fue un estudiante lector de novelas prestadas, pero hoy en su casa de Aravaca guarda alrededor de 7.000 volúmenes y otros 1.500 (de carácter técnico) en su despacho de Madrid. Amante de Auster y Calvino, estos días lee El mundo clásico, de Robin Lane Foix, En busca de Spinoza, de Antonio Damasio y El perro de Rousseau, de David Edmons y John Eidinow. En el hogar del presidente de Aetic no faltan las enciclopedias -Menendez Pidal, la Británica, el Cossio- y los libros de arte. Le encantan los toros y por eso últimamente anda recomendando a sus amigos dos 'joyas literarias y periodísticas' de Manuel Chaves Nogales que se acaban de reeditar: A sangre y fuego y El maestro Juan Martínez que estuvo allí. Le cuesta elegir, pero entre sus libros más queridos destaca La Iliada, El Quijote, Búsqueda sin término, de Popper, Fundamentos de la libertad, de Hayek, la historia del arte de Gombrich y la Trilogía de los Snopes de Faulkner. Banegas es lector infatigable, pero también escritor y editor, una faceta de la que se siente especialmente orgullo. A él se debe una bellísima y original edición de Las ciudades invisibles de Italo Calvino, con ilustraciones originales de su paisano y amigo Pedro Cano.
Josep Ferrer Vino, historia y joyas clásicas en Sant Sadurdí.
La biblioteca de Josep Ferrer contiene 15.000 obras de arte catalogadas por Marta Reventós, su bibliotecaria. Es la historia viva de Josep y Gloria, que tras su boda con el industrial incorporó una Biblia del siglo XVIII. Varias joyitas se apiñan en las librerías de la masía de Sant Sadurní: la colección Bernat Metge de clásicos griegos y latinos, instituida en 1923 por Francesc Cambó, y la Biblia (25 volúmenes) editada por el Monastir de Montserrat en 1925. A los Ferrer les encanta la historia, en la colección abundan los libros sobre la guerra civil y la segunda guerra mundial. Títulos como Historia del ejército de la República por Ramón Salas, editorial Nacional 1973, y España 1808-1939. Educado en los jesuitas, Josep Ferrer recuerda que fue su madre quien le inculcó su amor por la lectura, una afición, dice, que le ha dado la posibilidad de extender su cultura y conocimientos, también de enología, y convertirse en el hombre y empresario que es hoy. Entre los volúmenes más preciados, el famosísimo Pacotet dedicado a los principios del champán. También hay ejemplares de amigos, aprecia en especial El món que deixem de Josep Maria Dexeus y Entre la vida y la política, de Maciá Alavedra, y libros dedicados de Mario Vargas Llosa, de García Márquez y Camilo José Cela. Entre sus últimas lecturas, Estambul de Orhan Pamuk y Cometas en el Cielo, de Khaled Hosseini.
Juan Carlos Ureta Suetonio y Tito Livio para descansar de la Bolsa.
'Me gusta escribir, pero soy mejor lector que escritor', confiesa el abogado y agente de cambio y bolsa Juan Carlos Ureta. Su biblioteca da fe de su fervor literario, que estos días dedica especial atención a la biografía del gran inversor Jesse Livermore escrita por E. Lefevre. En su residencia de El Viso se amontonan los volúmenes de historia, las biografías, los libros de arte, obras sobre arquitectura y diseño, novelas viejas y nuevas, y un montón de páginas dedicadas a la economía, como corresponde a un hombre de acción que se queja del poco tiempo que sus responsabilidades al frente de Renta 4 le dejan para dedicarse a su ocupación favorita: leer. Autor de una biblioteca que le acompaña ya desde hace varias décadas, Ureta heredó de su padre alguno de los tomos más preciados de su colección, y debe al cariño que le profesan algunos viejos amigos libros tan valiosos como la Mitología griega y romana de Humbert, en edición especial de Gustavo Gili, y una edición antigua de la Historia de Roma de Theodor Mommsen. Otra joya es la edición limitada del clásico de Bolsa Confusión de confusiones. Ureta lee y relee, sobre todo a Suetonio, Tito Livio y Julio César. A sus hijos les cuenta El principio de Peter y él disfruta con los ensayos de Montaigne y las biografías de Andre Maurois. Y no olvida, entre sus lecturas de cabecera, Las paradojas del dinero, de Milton Friedman 'y, por supuesto, la Biblia'.