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CincoSentidos

Bañeras para tomar el sol y grifos salidos de la naturaleza

Pese a ser una de las zonas más íntimas de la casa, el baño no escapa a la evolución estética

Grandes diseñadores, arquitectos, ingenieros... El cuarto de baño no escapa a innovación y a la actualización estética que antes ha llegado a otros espacios de la casa. Elementos a los que en otro momento no se habría prestado mayor atención se convierten en productos clave, que diferencian el espacio posiblemente más privado de la casa. La intimidad, con todo, no está reñida con la satisfacción de contar con un espacio acorde con el diseño global de la vivienda.

La última edición de Cevisama, el certamen de azulejos y complementos para el baño que se cierra este fin de semana en Feria Valencia, ha permitido comprobar como el diseño más depurado se ha acercado a este espacio de la vivienda. Y eso que no se trata únicamente de criterios estéticos, ya que en muchos casos es necesario incorporar tecnología industrial.

Es el caso de la grifería, posiblemente uno de los elementos en el que los diseñadores más se han atrevido a evolucionar las líneas más tradicionales. En algunos casos, el diseño huye del imaginario colectivo de cómo debe ser un grifo para buscar una proximidad con la naturaleza. El chorro de una fuente o la lámina de agua de una pequeña acequia inspiran algunos de los proyectos más innovadores. En algún caso hasta incorporan iluminación variable que colorea el agua.

Más investigación técnica reclaman las cada vez más completas columnas de ducha, que incluyen hidromasaje. Pero también en estos casos, las líneas más atrevidas provienen de la búsqueda de la sencillez o incluso, esta vez sí, de recuperar algunos elementos de las antiguas duchas, como los grandes difusores de agua de antaño adaptados a la actualidad.

La ducha ha ganado mucho espacio en los nuevos cuartos de baño. Los criterios medioambientales se unen en muchos casos a la escasez de espacio o la creencia cierta de la mayor utilidad de este tipo de instalación frente a la bañera. En los platos de ducha también se ha aplicado una nueva visión, que construye con distintos materiales una zona definida pero que no cause impacto en el conjunto del baño. Las mamparas que separan estos espacios en muchos casos desaparecen, en otros adoptan formas caprichosas, como una espiral.

Si la casa tiene el espacio suficiente, la bañera también se ha abierto a un nuevo mundo, más allá de los jacuzzis. Desde hace algunos años se ha implantado la tendencia de volver a la bañera exenta. No son aquellos viejos y pesados baños de hierro, pero la inspiración es idéntica. Lo que cambia son las líneas y los materiales, tecnológicos, alejados de cerámicas o plásticos. Hasta la madera entra en este espacio en el que el agua es siempre protagonista.

Sólo un detalle permanece casi inalterable en este microcosmos. El color. Si bien en los muebles de baño e incluso en los complementos aparecen notas de atrevimiento, el blanco sigue siendo el dueño de un espacio en el que la sensación de limpieza es indispensable. Sólo el matiz de la desaparición del esmalte que daba brillo a ese blanco omnipresente, especialmente en los trabajos de los grandes diseñadores, hace que varíe un aspecto que, hace algunas décadas, vivió una etapa kitsch.

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