Sólo una de cada cinco desaladoras proyectadas por el Ejecutivo está en marcha
Con la amenaza de la sequía a punto de llegar, el Ministerio de Medio Ambiente presentó el viernes el balance del programa Agua, puesto en marcha en 2004 para sustituir al Plan Hidrológico Nacional y cuyo principal eje es la desalación de agua.
Dicho informe concluye que las actuaciones desarrolladas por el departamento que dirige Cristina Narbona han provocado un aporte adicional de 670 hectómetros cúbicos a las cuencas mediterráneas, lo que supone, según los cálculos del Gobierno, un volumen suficiente para abastecer durante más de un año a una población de más de seis millones de ciudadanos. Pero no todo ese agua procede de la desalación; de los 670 hectómetros, 574 se obtuvieron de desalar agua y el resto de programas de reutilización y depuración.
Y lo que es peor es que tan sólo el 20% de esa cantidad está siendo aportada para consumo urbano o de regadíos. Tan sólo cinco de las 22 desaladoras proyectadas por el Ejecutivo están dando servicio y aportan un caudal de 116 hectómetros cúbicos de agua frente a los 574 previstos en un primer momento. Medio Ambiente achaca el retraso de las obras a las dificultades planteadas por el Partido Popular, que gobierna en la Comunidad Valenciana y dirige buena parte de sus ayuntamientos.