Los nuevos tipos de la mujer española
Sanidad pide a la industria que sustituya las tallas por códigos con medidas de pecho, cintura y cadera
El pacto contra la talla 36 ha comenzado a dar sus primeros frutos. Bernat Soria, ministro de Sanidad, presentó ayer en Madrid los primeros resultados del estudio antropométrico realizados a la mujer española (10.145 féminas). Sus conclusiones permitirán dar carpetazo a la ley de 1972 y elaborar una nueva norma que recoja fielmente las medidas corporales femeninas. Las tallas, tal y como se venían entendiendo hasta ahora, se sustituirán por un código de tres cifras que ofrecerá patrones de pecho, cintura y cadera acordes con la realidad nacional. Este fue el pacto que sellaron hace ahora un año las grandes firmas de confección y el ministerio de Sanidad con el objetivo de unificar las tallas y desterrar la 36 de los escaparates. La industria tiene un plazo de cinco años para adoptar los cambios, pero Sanidad desearía que las nuevas etiquetas estén en la calle en uno o dos años.
La mujer española está lejos de ser matemáticamente perfecta y parecerse a Jessica Alba o Angelina Jolie. Su cuerpo no responde a la fórmula matemática que la Universidad de Cambridge diseñó el pasado verano para medir el atractivo sexual femenino, pero se mantiene mayoritariamente dentro de los parámetros de salud que tanto Elena Salgado como su sucesor, Bernat Soria, han defendido pública y privadamente. Todavía es de mediana estatura y en 20 años sólo ha crecido dos centímetros (hoy mide 1,62 metros) pero presenta mayoritariamente (86,1%) un índice de masa corporal (kg/altura al cuadrado) inferior al 30% y sólo el 1,4% y el 13%, respectivamente, da señales delgadez patológica y obesidad mórbida. O lo que es lo mismo, necesita atención médica.
Los resultados del estudio muestran una detallada fotografía de cómo son las mujeres en España por grupos de edad, e identifica tres tipos anatómicos -cilindro, diábolo y campana-, lo que no se había hecho hasta ahora, ya que la anatomía siempre había establecido categorías científicas en función del sexo masculino. El primero presenta medidas de pecho, cintura y cadera similares y es predominante entre las más jóvenes (entre 12 y 30 años). El segundo, con pecho y cadera similares, es el habitual de las mujeres entre 40 y 60 años. Con el paso del tiempo se pasa al modelo campana (pecho y cinturas iguales, caderas más anchas), común entre las ancianas.
En estatura, las más altas son las chicas entre 18 y 19 años, con 162,6 centímetros de media. A partir de los veinte, la altura se sostiene hasta los 30 años. A partir de esa edad, las españolas son cada vez más bajas, hasta la media de 154,7 centímetros del grupo entre 60 y 70 años. Todavía no se han desagregado los datos de cintura y cadera, pero el perímetro del pecho varía entre la talla 87 a los 17 años y la 102 a los 70.
Según Sanidad, todos estos datos recomiendan en España la adopción de un sistema de patronaje más preciso, siguiendo las recomendaciones de la UE. El nuevo formato en lugar de circunscribirse a una talla sencilla, tal y como ahora la conocemos, debería contemplar varios parámetros distintos. De esta manera, el tamaño de la ropa quedaría definido por códigos de tres dígitos con medidas de pecho, cintura y cadera para cada estatura.
El cambio normativo aún no tiene fecha. 'No me atrevo a poner plazos', aseguró ayer el ministro de Sanidad, Bernat Soria, porque el Gobierno desea que la nueva legislación tenga carácter comunitario, y no sólo español. Pero no descarta que la industria vaya cambiando paulatinamente el modelo de sus etiquetas. En cualquier caso, ahora le toca el turno a los hombres.
Las cifras
56,2% de las mujeres tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) normal y el 86% tiene un IMC que no requiere tratamiento médico.
12,4% de la población femenina, especialmente las mayores de 50 años, sufre algún grado de obesidad y el 54% de éstas, está a gusto con su físico.
1,4% restante, sobre todo las más jóvenes, están en situación de delgadez moderada o severa.
Pacto contra la anorexia
Cuatro pesos pesados de la moda española, El Corte Inglés, Cortefiel, Zara y Mango, firmaron en enero de 2007 una alianza con la entonces ministra de Sanidad, Elena Salgado, que les comprometía a batallar contra el estereotipo de belleza que exige a la mujer embutirse en una talla 36 para sentirse joven, femenina y hermosa. El documento ratificado por el Gobierno y los empresarios, al que también se sumaron la Asociación de Creadores de Moda de España, que preside el diseñador Modesto Lomba, la Federación Española de Empresas de la Confección y la Agrupación Española del Género de Punto, señala que los fabricantes de ropa facilitarán una información veraz, homogénea y comprensible sobre las tallas para evitar que la falta de coincidencia en las medidas, según marcas y fabricantes, ocasione problemas a la hora de adquirir las prendas de vestir. Los empresarios y creadores asumieron también al compromiso de fomentar una imagen física saludable y evitar la bulimia y la anorexia entre los jóvenes. Por este motivo, el acuerdo señala la importancia de que tanto las modelos que desfilan como los maniquíes que se exponen en las tiendas respondan a los perfiles biométricos comunes de la población española. Los maniquíes de los escaparates deberán parecerse en cinco años a la mujer real y mostrar como mínimo una talla 38. La talla 46 no tendrá la consideración de talla especial.
Feliz en su cuerpo
El 41% de las mujeres que han participado en la medición confiesa que tiene problemas siempre (10%) o algunas veces (30%) con las tallas de la ropa. Un 43% dice que suele encontrar prendas pequeñas para su cuerpo y el 22%, grandes. En cualquier caso, la mayoría se confiesa satisfecha con su cuerpo. Las más contentas son las niñas: el 73% de las que tienen entre 12 y 13 años y el 66% de las de 14 y 15 años están felices con su físico. Las más insatisfechas son las jóvenes entre 16 y 19 años (60%), pero a medida que la mujer madura, y pese a aumentar el sobrepeso y la obesidad, el conformismo aumenta. El 54% de las mujeres con sobrepeso está a gusto con su cuerpo, aunque este porcentaje decrece conforme avanzan los kilos. En el caso de la población femenina con obesidad grado III, tres de cada diez se siente contenta. Más preocupante resulta el hecho de que siete de cada diez féminas con delgadez severa no muestre disgusto, pues se trata de mujeres que necesitan ayuda médica.