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Pekín 2008

Los chinos estudian cómo hacer la ola en los Juegos Olímpicos

Más de 300 pequineses, amigos de crear ambiente en la grada para convertir los eventos deportivos en una auténtica fiesta, han tomado un curso especial para aprender cómo hacer la ola.

Estos aplicados estudiantes serán los encargados de conseguir con su ímpetu que funcione el efecto dominó, para que el resto de espectadores que acudan a los estadios durante los Juegos se involucren en el movimiento rítmico que propone este conocido mecanismo de comunión entre la grada y la pista.

Los expertos en olas, que han aprendido por ejemplo que hay que aplaudir un mínimo de once veces para conseguir que el aplauso general se prolongue lo suficiente, serán perfectamente reconocibles el próximo verano puesto que vestirán un característico uniforme rojo. No es la primera vez que se toma una iniciativa de este tipo en un país que se encuentra a las puertas de organizar un gran acontecimiento deportivo; en 2006 la radiotelevisión alemana Deutsche Welle, por ejemplo, publicó un sesudo artículo para promocionar la ola en el Mundial de Alemania.

El artículo explicaba que la ola avanza por las gradas en el sentido de las agujas del reloj y que, de estar bien hecha, habría de desplazarse a una velocidad de unos 20 asientos por segundo, o lo que es lo mismo, a unos 40 kilómetros por hora. Los "cheerleaders" pequineses no parece que vayan a ser tan puristas, ya que han aprendido a hacer cuatro tipos de olas diferentes sin dejar de animar y aplaudir al mismo tiempo. El fenómeno de la ola fue apreciado por primera vez en todo el mundo durante el Mundial de México 86, y se ha convertido en una especie de tradición para los espectadores de una gran cantidad de estadios, fundamentalmente de fútbol.

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