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CincoSentidos

Un aceite español en la despensa de los Windsor

Castillo de Caena se vende en Fortnum & Manson, proveedor real

Caena es una pequeña villa de 2.000 habitantes, a medio camino entre æscaron;beda y Baeza. Enclave de un castillo que fue cimentado en época de los Reyes Católicos y cuya historia discurre pareja a la del campo andaluz durante más de cinco siglos, la localidad, desconocida para el turista, se ha convertido hoy en embajadora mundial del aceite de oliva.

Y todo gracias al buen quehacer de los hermanos Vañó, dos ejecutivos madrileños -él, directivo del grupo Santander, ella, responsable de marketing de Coca-Cola- que hace unos años decidieron cambiar el despacho por el aroma de la almazara y aventurarse en una empresa, la fabricación de aceite virgen, que ha transformado Caena en marca de prestigio y en uno de los productos estrella de Fortnum & Manson, los almacenes donde se aprovisiona la Casa Real británica.

Castillo de Caena, el aceite que destila la almazara de los Vañó, y que toma el nombre de la hacienda familiar, es hoy uno de los regalos de bienvenida que ofrece a sus clientes el hotel de Dubai El Burj, uno de los dos establecimientos de siete estrellas que hay en el mundo, y se distribuye en Harrods y en Williams Sonoma, la primera cadena de productos gourmet estadounidense, con más de 250 tiendas repartidas en todo el territorio, y con fuerte implantación en Canadá. Su proyección internacional, con varios premios en su haber, resulta imparable. Con 150.000 botellas comercializadas, el proyecto a medio plazo es distribuirlo en 35 países.

El aceite de los Vañó se distribuye también en los prestigiosos almacenes Harrods

Los Vañó son cosecheros desde hace varias generaciones, pero han sido Francisco y Rosa, los hijos de Luis Vañó, los responsables de convertir el olivar familiar en una comercializadora de aceites de lujo con vocación exportadora y una facturación que alcanza ya los 13 millones de euros. Con un pie puesto en Estados Unidos y otro en Japón, estas botellas de picual y arbequino son también codiciadas por los consumidores más exclusivos de Rusia y Méjico. La empresa Castillo de Caena produce hoy en una finca de 1.800 hectáreas, con 277.000 olivos, dos millones de kilos de aceite virgen extra, de los cuales el 92% vende a granel y el resto se embotella con el nombre de Castillo de Caena Reserva Familiar, un líquido dulce y seductor, con matices de plátano, manzana y almendra.

Los Vañó son productores y anfitriones a un tiempo. En su web dan la bienvenida a la casa familiar a todos aquellos que se desvíen a Caena, para que clientes y amigos compartan la experiencia del mundo del olivar, la gastronomía de la tierra y la belleza de æscaron;beda y Baeza, situada a diez kilómetros del castillo.

Diseño y torería para la botella roja

Castillo de Caena no sólo ha apostado por la mejorar la calidad del exquisito líquido que comercializa, también está intentando revolucionar los aceites de alta gama con un nuevo proyecto, el llamado Primer Día de Cosecha, una inversión de 30.000 euros. Esta edición limitada del reserva familiar verá la luz cada mes de diciembre. Los aceites del Primer Día de Cosecha están elaborados con frutos todavía verdes de la variedad picual y arbequino, especiales por su aroma y sabor. 'Con esta edición limitada, la almazara pretende rendir homenaje a la magia del primer día de la recolección,', afirma orgullosa Rosa Vañó. Para vestir la primera edición, 5.000 botellas, Castillo de Caena contó el pasado año con la colaboración de la diseñadora de zapatos, Sara Navarra. Este año, con 25.000 botellas, ha sido obra del torero Enrique Ponce.

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