Cautela en las salidas a Bolsa
Los severos ajustes que ha experimentado el mercado bursátil en las últimas semanas han cambiado el escenario financiero, por los temores a que una recesión en Estados Unidos termine generando una contracción en el crecimiento en todo el mundo. De momento, el FMI ya ha recortado las previsiones de crecimiento agregado, que en Europa, Japón y Estados Unidos se sitúa por debajo del potencial. La interpretación que los inversores han hecho en las semanas de enero es que con este escenario de inflación, crecimiento y coste de la financiación, los beneficios de las empresas tenderán a ajustarse a la baja y los precios de las acciones de las compañías precisan también de valoraciones menos generosas. Por ello, se ha registrado el peor arranque bursátil de la historia.
Este ligero cambio de escenario, aún no aclarado del todo para el medio plazo, ha sido determinante para que buena parte de las empresas que tenían intención de salir al mercado a la búsqueda de financiación para expandir sus proyectos industriales hayan hecho un alto en el camino. Ninguna de los ocho proyectos pendientes de salir a Bolsa ha desistido, pero todos han prolongado el calendario a la espera de que el panorama financiero se aclare.
Desde luego que la estabilidad e incluso la tendencia alcista en la Bolsa es el mejor aliado de estas empresas para salir al parqué. Pero los proyectos empresariales maduros, sólidos y con buenas expectativas de beneficio y crecimiento serán bien recibidos en el mercado financiero, y el largo plazo les reconocerá su auténtico valor. Por ello, empresas como Eolia, la ampliación de Itínere, Europastry, Edreams, Isolux, Atento y los holdings industriales de las cajas de Navarra y Bancaja deberían mantener sus planes si sus gestores están convencidos de sus proyectos, por muy mal que les haya ido a casi todas las salidas de 2007.