Tranquilidad en Fujitsu Services
Juan María Porcar trabaja de forma sosegada en un espacio de diseño clásico y ordenado
En 2001, Fujitsu se trasladó a un complejo tecnológico en la zona oeste de Madrid, donde están ubicadas ya un amplio repertorio de empresas del sector. Allí trabaja Juan María Porcar, barcelonés, ingeniero industrial, de 54 años, director general de Fujitsu Services, quien asegura que para él lo principal es el trato con el cliente. 'La parte más dura de un directivo es cuando los pierdes. Hoy día nos tenemos que volcar mucho en ellos'. La empresa, de origen japonés, lleva 34 años en España y siempre ha seguido una máxima: que las relaciones con las personas sean siempre cordiales. 'Lo importante para las empresas japonesas es mantener vínculos afectuosos con todos, sobre todo con los empleados'. Es el primer director general de esta empresa que no es de origen japonés: 'Esto hace que el diálogo con los clientes sea mucho más fluido'.
La trayectoria de Juan María Porcar en esta organización es curiosa: trabajó en una primera etapa durante más de 20 años, y hace año y medio que regresó como primer ejecutivo. 'Es un buen lugar para trabajar. De hecho, en Fujitsu hay 1.500 empleados y algunos reciben una medalla por haber permanecido 25 años en el puesto. Eso es placentero', dice Porcar.
Sobre las razones que le han llevado de nuevo a la compañía, señala que 'se debe a la manera de trabajar y a la preponderancia en la oferta de servicios, de ofrecer servicios globales a las empresas españolas que trabajan fuera'. Le atrajo 'el modelo de negocio y la posición, la tercera a nivel mundial, en servicios de informática'. Porque 'tomar decisiones con el cliente de todo el mundo es atractivo'. En cuanto a los motivos que le llevaron a abandonar la empresa, es claro: 'Me fui porque noté que se había quedado encasquillada en el mercado español y creo que la clave para crecer está en ofrecer a los clientes un servicio global. Y todos esos cambios se produjeron cuando yo estaba fuera'.
Juan María Porcar también explica lo que debió ver en él la empresa para reclamarle de nuevo. 'Me conocen bien y creo que les inspiro confianza. Además, creen que me adapto bien a la forma de trabajar de los japoneses, que tienen una cultura más flexible'. Asegura que el mayor cliente de Fujitsu es Toyota, también de origen japonés. 'En esta empresa siempre alcanzamos cierto mimetismo con nuestros clientes. Ganar dinero es el objetivo, pero en cualquier negociación siempre prima el cumplimiento de los objetivos que nos exijan'.
Hay tres características que valora por encima de todo: la sintonía con el cliente, la franqueza para prometer sólo lo que pueden cumplir y la tenacidad para cumplir lo prometido. 'Es muy importante para nosotros la reputación de la empresa y de los empleados de cara al mercado. Toda la plantilla conoce los objetivos de la compañía'. Entre los retos de Fujitsu Services está aumentar el volumen de negocio al 10%, con crecimientos orgánicos y a través de un plan de adquisiciones en Europa. 'Nuestra finalidad es incrementar la oferta de servicio, no queremos aumentar el tamaño'. En el último ejercicio, hasta el mes de marzo de 2007, la empresa ingresó 258 millones de euros. También pretende tener amarrados a los empleados, algo que asegura no les resulta difícil. 'Lo que más se valora es la estabilidad, la relación de trabajo entre ambas partes. Hay que saber gestionar bien los intangibles y hacer que éstos crezcan profesionalmente'.
Juan María Porcar ha heredado el despacho de su antecesor en el cargo, y desde allí tiene vistas sobre la sierra nevada de Madrid. Apenas ha cambiado ningún detalle del espacio, y ha mantenido un cuadro con los valores de la empresa. Lo que sí necesita es tener una mesa de reuniones, la que tiene 'está muy machacada y me gusta', un teléfono móvil y conexión al ordenador. 'Viajo bastante y la tecnología ayuda a que pueda hacer bien mi trabajo'.
Asegura que no es ordenado, y que no le gusta manejar papeles. 'Con un portátil puedes llevar toda la información que necesitas'. Va siempre al grano, 'no se puede malgastar el tiempo'. Es parte de la cultura japonesa. Y él intenta cumplirlo.
El mar de Barcelona, cerca
Tiene colgada en la pared una serie de Mariscal realizada para Fujitsu. Le gusta por varias razones: 'Soy de Barcelona y me gusta ver en este dibujo el mar y Montjuïc. Para alguien que ha nacido allí, reconforta mucho'.No le agrada pasar mucho tiempo en el despacho, 'enfermaría'. Suele trabajar una media de 10 horas, aunque reconoce que en su trabajo se puede hacer en menos tiempo, pero para ello hay que tener todo claro y, sobre todo, dejar hacer a los demás. 'Se puede ir recortando. Parece que se trabajan menos horas en otros países, pero igual se distribuyen de otra manera'.Al lado de la mesa tiene una pizarra, 'es una gran herramienta de trabajo, sobre todo cuando se tratan temas en grupo; es un gran invento'. En cuanto a las aficiones, Juan María Porcar asegura que siempre ha sido un gran devoto de los deportes, pero que cada vez practica menos. 'Antes era corredor de fondo, hacía surf, luego caí en el golf, pero tengo la suerte de estar casado con una cinéfila y voy al cine a ver buenas películas'.