El IPC llega al 4,4% en España, nivel no visto hasta ahora en la zona euro
El indicador adelantado de IPC armonizado alcanzó en enero un 4,4% en España y un 3,2% en la zona euro, niveles no vistos desde que comenzó a elaborarse, en enero de 1997. El aumento de una décima respecto a diciembre mantiene el diferencial en 1,2 puntos.
Los precios mantienen su tirón alcista, hasta el punto de batir récords. Según los avances publicados ayer por el INE y Eurostat, el índice de precios de consumo armonizado se situó en enero en el 4,4% en España, y en el 3,2% en la zona euro, después de que ambos aumentaran una décima en el arranque del año.
Las estimaciones conocidas ayer, tanto para España como para el conjunto de la zona euro, son las más altos desde que se elaboran: el IPC armonizado comenzó a contabilizarse en enero de 1997, en el marco de los criterios de convergencia para acceder a la Unión Monetaria, que arrancaría tres años después. Curiosamente, la inflación media de España en 2007 fue la más baja en todo el periodo, gracias al excelente comportamiento de los precios hasta finales del verano.
El INE publicará dentro de dos semanas el dato del IPC y su correspondiente desglose. A falta de concreción, parece que los causantes del alza siguen siendo la energía (impulsada por unos precios del petróleo que han rozado los 100 euros) y los alimentos. El año pasado, los ocho componentes de la cesta de la compra que más se encarecieron fueron comestibles frescos o elaborados. En enero, además, se instauraron las subidas de tarifas en productos básicos como la luz o el teléfono.
El Gobierno cuenta con que, al contrario de lo sucedido desde el verano pasado, el efecto base del petróleo favorezca el control de los precios en los próximos meses, para cerrar el año 'por debajo del 3%', como afirmó el martes el secretario de Estado de Economía, David Vegara.
Las gráficas superpuestas de la evolución del precio del crudo Brent son sintomáticas: las cotizaciones en 2006 y 2007 fueron muy similares hasta principios de septiembre. En ese mes del año pasado el precio inició una drástica subida, que llevó el crudo desde los 70 dólares por barril hasta rozar los 100, para situarse ahora en el entorno de los 90. En cambio, en el año anterior la cotización se había relajado en septiembre, y el ejercicio se cerró con el barril cerca de los 60 dólares.
Dado que el IPCA aumentó una décima tanto en España como en el conjunto de la zona euro, el diferencial se mantiene en 1,2 puntos. Un nivel que excede en dos décimas la media histórica desde el inicio de la Unión Monetaria, y cuadruplica los niveles de hace apenas un año. La mayor dependencia energética de la economía española la hace especialmente vulnerable a los periodos alcistas en los mercados petrolíferos: ya en enero de 2006, el diferencial llegó a situarse en 1,9 puntos.
La excepción en el selecto grupo del euro es Alemania, donde la inflación se redujo en una décima en enero, hasta el 2,7%. Esta anormalidad se debe a otro 'efecto base', en este caso positivo: en enero de 2007 su IPC aumentó bruscamente por la entrada en vigor de la subida del IVA en tres puntos, hasta el 19%, y este año no ha habido ningún fenómeno comparable.
Más argumentos para Trichet
El pésimo nivel de inflación de la zona euro en enero dificulta aún más una posible ayuda del Banco Central Europeo para estimular la languideciente actividad continental. El Consejo de Gobierno presidido por Jean-Claude Trichet se reunirá el jueves en Fráncfort en medio de un clamor para que baje los tipos de interés. Las perspectivas económicas empeoran cada día, impulsadas por el temor a la recesión en Estados Unidos. El martes, el Fondo Monetario Internacional redujo sus previsiones para la zona euro en medio punto, hasta dejarlas en un 1,6%.Además, otro factor se ha unido para apoyar un posible estímulo monetario del BCE. Su entidad homóloga de Estados Unidos, la Reserva Federal, acaba de realizar dos recortes sucesivos de tipos de interés en ocho días, dejándolos en el 3%. El diferencial de la zona euro es ya de un punto, lo que puede acentuar la apreciación del euro y limitar las exportaciones europeas en un momento de crisis. Pese a todo, Trichet repite que la inflación es su prioridad. Con los datos conocidos ayer, tendrá más motivos para no mover ficha.