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Tribuna
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Los autónomos en los programas electorales

Las principales fuerzas políticas que concurren a las elecciones del 9-M están presentando ya sus propuestas y de forma muy especial hacen referencia a materias relacionadas con el desarrollo del fomento empresarial, la expansión de la cultura emprendedora y el fortalecimiento del trabajo autónomo. Algunas, como el PP y CiU, lo han hecho en sesiones de trabajo con las asociaciones del sector, y otras las están remitiendo por escrito.

La primera conclusión es la de que en esta ocasión no ha sido necesaria la tradicional presión que se hace desde los sectores sociales para que el trabajo autónomo encuentre hueco en los programas electorales. Sin duda es fruto del buen trabajo realizado por todos en los últimos seis años, en los que se ha avanzado de forma sustantiva en la protección del colectivo, cuyo referente final ha sido la apuesta socialista por la promulgación de una Ley del Estatuto del Trabajo Autónomo y la aprobación del texto por la unanimidad de las Cortes.

La expectación se produce ahora porque en estos cuatro años próximos una ley que tiene un carácter de norma básica debe ser desarrollada en todos sus capítulos, y del acierto en las disposiciones dependerá en gran medida la mejora de las rentas de algo más de tres millones de personas y sus familias.

Los dos principales partidos políticos coinciden en algunos de sus compromisos, entre otros podemos subrayar los siguientes: crear con carácter inmediato el Consejo del Trabajo Autónomo, potenciar los sistemas financieros y la asistencia técnica necesaria para que emprender en nuestro país pueda resultar más fácil y viable, educar en la cultura emprendedora desde los primeros niveles de la enseñanza, eliminar trabas burocráticas en la puesta en marcha de los negocios y asegurar el acceso a la tecnología para todas las microempresas y empresas individuales.

El PSOE, como oferta más significativa, promete la exención del pago de las cuotas a las Cámaras de Comercio para los trabajadores autónomos económicamente dependientes (Trades), medida algo limitada, pero sin duda de trascendencia social. También el PSOE, en la última fase de preparación del programa electoral, ha trasladado su oferta de deducción de 400 euros a 'todos los declarantes en el IRPF', con la salvedad de que parecen haber olvidado que los autónomos también lo son, aunque sea por rendimientos profesionales, pero a este colectivo lo han dejado fuera, al menos por el momento. No parece suficiente la reflexión del Presidente de incorporar en su caso a los Trades, ya que se mantendría el principio de discriminación. Tampoco parecen acertadas las palabras de Solbes en el sentido de que el régimen fiscal de los autónomos es diferente. Debería haber una composición más compleja para los que declaran por módulos, pero no es así para aquellos que lo hacen por estimación directa.

El PP por su parte nos informa de su compromiso para eliminar las trabas que todavía tienen los autónomos para contratar a sus familiares directos y reconocer la prestación por desempleo para estos contratos. También consideran necesario que los desempleados que deseen comenzar una actividad por cuenta propia puedan recibir en un sólo pago sus derechos de prestación, hasta ahora limitados al 40% del total al comienzo de la actividad.

En los dos programas aparecen una profusión de razonamientos y deseos ordenados pero que quedan algo cortos en cuanto a compromisos concretos. No hay referencias a la necesaria reforma del régimen fiscal del trabajo autónomo y los rendimientos personales por actividad económica, y en materia de protección social, tan sólo se referencia el objetivo de desarrollar las materias ya contempladas por el Estatuto que no deberían ser compromisos electorales, ya que son compromisos legales.

CiU nos presenta un amplio abanico de medidas que vinculan el trabajo autónomo con la promoción general de las más pequeñas empresas, confirmando sus compromisos con este colectivo y recogiendo propuestas que quedaron fuera del Estatuto.

Como siempre los autónomos, con una visión muy práctica de la acción política, tendrán muy en cuenta a la hora de votar tanto la realidad de las decisiones adoptadas como las propuestas para el futuro, también en otros aspectos de los programas electorales con un carácter más sectorial, como los horarios comerciales, el tratamiento de la ya inaceptable presión recaudatoria de las sociedades de gestión de derechos de autor en particular hacía la hostelería o la mejora en materia de acceso al gasóleo para los transportistas.

Sebastián Reyna Fernández. Secretario general de UPTA España

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