Realizar una transferencia a Europa ya cuesta lo mismo que hacerlo dentro de España
La unión monetaria europea se toca desde que llegaron a los bolsillos de los ciudadanos de la UE los billetes y monedas de euro, allá por 2002. Pero todavía no está completa. En los últimos años, las autoridades comunitarias han puesto su empeño en que la integración se amplíe a todas las operaciones financieras minoristas. Y los resultados comienzan a ser palpables. Desde ayer cuesta lo mismo realizar una transferencia bancaria a nivel nacional que a un destino europeo.
Este servicio forma parte de la creación de la llamada zona única de pagos, más conocida en la jerga financiera como SEPA, por sus siglas en inglés.
Esta iniciativa persigue que sea igual de sencillo, barato y seguro efectuar un pequeño desembolso electrónico en cualquiera de los 27 miembros de la UE, además de en Islandia, Noruega, Liechtenstein y Suiza.
El siguiente paso en el desarrollo de SEPA deberá producirse antes del 1 de noviembre de 2009. A partir de esa fecha debe ser posible domiciliar facturas en igualdad de condiciones en cualquier banco de la región. Entre tanto, SEPA ya se aplica a los desembolsos con tarjeta desde el pasado 1 de enero.
La Comisión Europea estima que la zona única de pagos genere a los usuarios y a la industria bancaria unos beneficios de hasta 123.000 millones de euros en los próximos seis años.