¿Primera consejera de Telefónica? No, Salgado llegó antes
Pese a las apariencias, la operadora tiene un pasado muy activo en igualdad.
Se anunció la semana pasada por todo lo alto. La mayor empresa de España y en el top 50 mundial rompía el exclusivo coto masculino de su consejo de administración para abrir hueco a un sillón femenino. Por fin, Telefónica entraba en el club de la apuesta por la igualdad -al menos daba el primer paso- con el nombramiento de una experta en los mercados y trayectoria impecable en el mundo de la banca de inversión, Eva Castillo.
Pero las apariencias, en este caso también, engañan. Castillo será la primera consejera de una Telefónica privatizada, pero ni siquiera ocupa el puesto número dos entre las mujeres que se han sentado en el consejo de la operadora desde su nacimiento. No, el privilegio de encabezar la lista lo tiene nada menos que una ministra del Gobierno de Rodríguez Zapatero, Elena Salgado, titular de la cartera de Administraciones Públicas.
Fue en abril de 1991 cuando la hoy ministra rompió, entonces sí, 67 años de dominio masculino en Telefónica y ocupó un puesto en el consejo. Claro que lo hizo 'en representación del capital y de los intereses generales del Estado', según reza su nombramiento, así que el mérito poco tiene que ver con quien desempeñaba en ese momento la presidencia de Telefónica, Cándido Velázquez.
La política, por delante
Realmente fue el Gobierno quien puso a Salgado en esa plaza, porque le dio la Secretaría General de Comunicaciones del Ministerio de Obras Públicas y, con ella, la responsabilidad sobre el sector de telecomunicaciones en España. Telefónica era el mayor exponente de la industria en territorio nacional y además el Estado tenía una participación en ella, así que Salgado era la persona más adecuada para defender, junto con otros representantes del Ejecutivo, los intereses gubernamentales en la operadora. Así lo hizo durante cinco años, hasta enero de 1996, poco antes de que el PSOE perdiera las elecciones generales.
Salgado salió de Telefónica, pero la presencia femenina en el órgano de administración sólo se interrumpió por unos meses. Y es que el primer Gobierno de José María Aznar también eligió a una mujer como uno de sus representantes en el consejo de Telefónica.
Se trataba de Elvira Rodríguez, la actual presidenta de la Asamblea de Madrid, pero sólo estuvo unos meses. En enero de 1997, Rodríguez, junto con el resto de los representantes del Gobierno y de la Dirección General de Patrimonio, dejó su puesto ante la inminente privatización de Telefónica. Se fue el capital público y desapareció la representación femenina en Telefónica.
Ni Juan Villalonga, el primer presidente de la operadora privatizada, ni César Alierta, el segundo, rompieron la uniformidad masculina. Hasta la semana pasada. Llega Eva Castillo. Han pasado 11 años desde la última vez que se vio un nombre de mujer en las tarjetas del consejo de la primera firma española.
Impulso gubernamental, antes y ahora
El nombramiento de Eva Castillo, responsable de Merrill Lynch Banca Privada para Europa, se diferencia del de sus predecesoras en dos aspectos: no viene de la esfera pública y es el presidente de Telefónica quien ha decidido su designación.Sí que es, por tanto, la primera consejera elegida libremente por la cúpula ejecutiva de la operadora. Pero eso no quiere decir que las instancias gubernamentales no hayan alentado el nombramiento. La paridad en el Gobierno, la Ley de Igualdad, el Código Unificado de buen gobierno para las sociedades cotizadas auspiciado por la CNMV..., son normas y actuaciones que han buscado llamar la atención sobre la ausencia de mujeres en los consejos y la alta dirección de las grandes empresas con la intención de corregir el desequilibrio.