Los últimos acontecimientos, vistos desde el frente europeo
Fue casi una tormenta perfecta en las mesas europeas de intermediación: desplome masivo en Asia, festivo en EE UU, indicios de recesión, alguna que otra notable rebaja de calificación crediticia, desinversiones agresivas en futuros sobre índices por parte de grandes fondos y la rotura de los niveles técnicos que automáticamente desencadenaron un programa de ventas. Aún no podemos etiquetar esta caída como una capitulación del mercado, porque los volúmenes no han sido muy altos, pero sí podemos certificar que la creciente volatilidad persistirá, inclinada hacia el lado negativo
Ahora el mercado está descontando una recesión de envergadura en los beneficios, con una probabilidad del 75% en las empresas no financieras, según datos de Goldman Sachs. El riesgo de excederse en el 'rebote' es elevado y las expectativas del consenso de mercado sobre un crecimiento de los beneficios de entre el 8% y el 10% aparecen ahora como demasiado optimistas. Sin embargo, la aversión al riesgo ha caído hasta niveles que no se veían desde 2002 y la prima de riesgo de la renta variable ha regresado al 4%. Mientras la Fed habla de riesgos para la actividad económica, en Europa todavía no es posible hablar de recesión. De hecho, aunque el riesgo de recesión se ha incrementado en EE UU, aún creemos que ese país conseguirá evitarla in extremis. Lo que parece más probable es un crecimiento débil. En un esfuerzo por ser objetivos, seguimos convencidos de que el mercado comenzará a recuperarse en la parte final del año, cuando los inversores comiencen a descontar una aceleración del crecimiento a lo largo del año 2009. El escenario lógico es que las Bolsas se recuperen una vez que quedé atrás el periodo de máximo riesgo de recesión, que abarca los dos primeros trimestres. Pero vivimos tiempos que están más allá de toda lógica.
En nuestro análisis de compañías para componer una cartera de inversión, tomamos en muy alta consideración tratar de identificar aquellos temas de largo plazo que son importantes para la renta variable europea. Y en estos momentos, hay una serie de asuntos que nos parecen interesantes: por ejemplo, el crecimiento de las economías emergentes y la necesidad de largo plazo de tener fuentes de energía renovables. En consecuencia, cuando miramos a Europa invertimos, entre otras cosas, en empresas que tengan exposición directa a mercados emergentes y compañías que son activas en energía nuclear, eólica, biomasa u otras fuentes alternativas.
En resumen, aunque los fundamentales siguen indicando una elevadísima incertidumbre en el corto plazo, a largo plazo detectamos que el sentimiento es demasiado negativo y que las valoraciones son ahora más atractivas. A la luz de esto, esto siguiendo con mucha atención a una serie de valores que combinan un exceso de sobreventa con una valoraciones muy interesantes. Por ejemplo, comenzamos a ver oportunidades en empresas de los sectores inmobiliario y minorista y en aquellas con elevada exposición al dólar. Creemos que, concentrándonos en las compañías en las que estamos invirtiendo, seguiremos añadiendo valor para nuestros clientes.
Matthew Leeman Gestor de renta variable de Morgan Stanley