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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Y vivió hasta su muerte

En el año 1535, el humanista francés François Rabelais publicó Gargantúa, la historia de un gigante glotón y bebedor y de sus andanzas grotescas en la Edad Media francesa. En un momento de la novela, cuando un Gargantúa adolescente está en pleno proceso de instrucción y aprendizaje, como miembro de una casta de nobles, su instructor le recrimina que el escaso ejercicio que hace, 'seis o siete revolcones en la cama antes de levantarse', no es suficiente para su pleno desarrollo físico.

Con sorna, Gargantúa responde: '¿No basta con eso? Así hacía el Papa Alejandro por consejo de su médico judío ¡y vivió hasta su muerte, a despecho de los envidiosos!'

Cuando en los años noventa despuntó la revolución tecnológica, que terminó provocando el pinchazo de la burbuja puntocom, se extendió la corriente de que aquello significaba el fin de los ciclos económicos, porque el aumento de productividad iba a ser de tal calibre que evitaría las recesiones.

No hubo que esperar mucho para comprobar que el planteamiento era erróneo, y los excesos de entonces terminaron por cobrarse la factura recién entrado el siglo XXI.

El presente ejercicio ha comenzado con los nervios a flor de piel y las Bolsas en caída libre. De un día para otro, los analistas se han echado las manos a la cabeza, subrayando la rapidez con que se ha desencadenado esta crisis de alcance desconocido.

Pero es que resulta que los ciclos existen, y viven hasta que mueren, lo que sucede cuando los fundamentos del crecimiento de van prostituyendo, se cometen excesos y el sistema se recalienta.

Las Bolsas -la española al menos- llevan cinco años ininterrumpidos de subidas. Y existiendo como existen los ciclos, a nadie debería sorprender que en un momento dado el mercado se dé la vuelta y comience a caer. Más aún cuando las señales de desaceleración y las advertencias de algunos organismos afloraron hace ya meses.

Hoy ha sido el sector inmobiliario, ayer fue el tecnológico y mañana, quién sabe, igual son las compañías de viajes en el tiempo. Lo importante es comprender que nada dura eternamente, y tener la cabeza fría para discernir entre el sentido común y la irracionalidad.

Y como dice el gigante Gargantúa, tener muy presente que 'la ventaja no consiste en correr más deprisa, sino en salir antes'.

Miguel Rodríguez. Jefe de Mercados

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