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Columna
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Medidas anticrisis

El BCE y la Reserva Federal de EE UU han dado muestras de preocupación por la escasa liquidez en el sistema bancario, efectuando el pasado día 17 una nueva inyección de liquidez y anunciando otra para el día 31 por 10.000 millones de dólares cada una. La autoridad monetaria estadounidense cree que los consumidores tendrán un año difícil por los problemas hipotecarios, los altos precios del petróleo, la caída de las acciones y del valor de las viviendas. ¿No parece que está describiendo la situación del consumidor español, a lo que hay que añadir la alta subida de los precios de los alimentos básicos que tienen los españoles?

El Informe de Estabilidad del BCE dice que la crisis financiera será larga y que tendrá influencia en el crecimiento de los países occidentales. Las previsiones de otoño de la Comisión Europea para la zona euro son del 2,2% para 2008 y del 2,1% para 2009. El endurecimiento de la financiación crediticia a nivel mundial afectará fuertemente a España, ya que los pasivos exteriores de nuestra economía han sobrepasado a finales del pasado año el 200% del PIB, y el endeudamiento de las familias superó los 800.000 millones de euros y el de las empresas 3,4 billones de euros a finales de 2006. La falta de financiación exterior hará caer la inversión de nuestra economía en casi un tercio de la que fue en 2006 (30% del PIB), que afectará a todos los sectores, incidiendo fuertemente sobre el empleo y el consumo de los hogares, lo que previsiblemente hará que el crecimiento se sitúe en el entorno del 2%.

El Gobierno que salga de las elecciones tendrá que adoptar medidas para paliar los efectos de la crisis en la que estamos inmersos y que va a agudizarse. La primera sería ajustar el Presupuesto 2008 al nuevo entorno económico, muy diferente del que el Gobierno contempló en su elaboración. Dicho ajuste pondrá de manifiesto los márgenes que la política presupuestaria puede ofrecer para corregir los desequilibrios macroeconómicos y para adoptar medidas que atenúen los efectos que la crisis va a tener sobre las familias y las empresas.

Desde el ingreso en la Unión Monetaria, España ha acudido a los mercados financieros no sólo para cubrir las necesidades de financiación interna, sino también para internacionalizar su economía a través de la realización de inversiones directas y financieras en países, principalmente en Hispanoamérica. A finales de 2006 la posición de inversión internacional del exterior en España era de 1,87 billones de euros (pasivos financieros de España) y la de España en el exterior de 1,304 billones de euros (activos financieros de España), de lo que resulta un pasivo neto para España de 566.000 millones de euros.

La restricción financiera exterior que España tendrá para endeudarse afectará tanto a su inversión en el interior como en el exterior. Las opciones de las instituciones financieras españolas y de las sociedades no financieras españolas para dirigir los flujos financieros que obtengan del exterior a inversiones en España o en otros países dependerá de la situación macroeconómica de cada una de dichas zonas, de sus rentabilidades y de la seguridad jurídica. De aquí la necesidad urgente de corregir los desequilibrios de nuestra economía y de que la legislación ofrezca la máxima seguridad jurídica. Aprobar urgentemente un real decreto que desarrolle Basilea II, estableciendo que las entidades financieras elaborarán planes de emergencia para afrontar la crisis de liquidez, debería ser otra de las medidas que el nuevo Gobierno debería adoptar.

El Tratado de la UE exige que la política monetaria deba aplicarse respetando el principio de una economía de mercado y favoreciendo la asignación eficiente de los recursos. El BCE tiene el derecho exclusivo de autorizar la emisión de billetes de banco en la Unión y la liquidez bancaria se regula principalmente mediante operaciones de mercado abierto a las que pueden acceder las entidades de crédito de la zona euro; la frecuencia de las intervenciones del BCE es limitada.

La desconfianza derivada de la crisis del mercado hipotecario de EE UU ha dado lugar a que nadie preste a nadie en los mercados interbancarios y las intervenciones del BCE hayan sido frecuentes. Por otra parte, el BCE admite como activos de garantía de los préstamos que pueda conceder a un conjunto amplio de activos financieros (valores privados y otros activos financieros) que ha contribuido al desarrollo de los mercados financieros y a la diversificación eficiente de los balances bancarios. Los principios generales para las operaciones de mercado abierto y para las operaciones de crédito que efectúe por sí mismo el BCE serán establecidos por este último, de conformidad con el protocolo sobre los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales y del BCE.

El problema que se presenta es si el BCE otorgará créditos indefinidamente a las instituciones financieras españolas para que éstas atiendan los préstamos que le piden sociedades no financieras para el normal desenvolvimiento de sus negocios y de sus inversiones. Mi opinión es que dependerá de las garantías que ofrezcan, de la situación de liquidez que exista en los mercados financieros y del diferencial de inflación de la zona euro respecto al objetivo del BCE. Con independencia de lo expuesto, las instituciones de crédito españolas están restringiendo el crédito a las empresas inmobiliarias por la grave crisis que atraviesan.

Pasamos a analizar las medidas que el nuevo Gobierno podría adoptar para paliar los efectos de las restricciones crediticias sobre los agentes económicos derivados de la falta de liquidez. En mi artículo del pasado 22 de diciembre publicado en este diario, puse de manifiesto que el problema de la venta de viviendas y las restricciones crediticias estaban produciendo un desplome en la construcción de un 40% menos de viviendas, lo que llevaría a un incremento del paro de 500.000 trabajadores en el bienio 2008-2009, junto a una caída de los precios. Ello producirá una disminución de la renta bruta disponible de las familias que por el sector en que trabajan afectará a los de nivel más bajo de renta. Para contrarrestar tal efecto deberían quedar exentas del IRPF las personas cuyos ingresos anuales totales no sobrepasen los 14.000 euros.

Dado que las empresas están sufriendo igualmente restricciones crediticias que afectan a las inversiones programadas, se reduciría el tipo del impuesto de sociedades en cinco puntos. Durante los dos primeros años la cuantía resultante de la reducción del tipo se destinará a constituir un fondo para inversiones en equipo capital de la empresa con la finalidad de aumentar su productividad, al mismo tiempo que incide en la demanda interna de inversión de la economía.

Para contener la inflación debe aumentarse la competencia en los mercados, eliminando las trabas existentes, principalmente por parte de las comunidades autónomas, desregulando los mercados de bienes y servicios. Para evitar la espiral inflación-salarios-inflación el BCE ha sugerido que se considere seriamente eliminar las cláusulas de revisión salarial ligadas a la subida de la inflación.

Por último, hemos de decir que la reforma del mercado de trabajo sería también un instrumento para contener la inflación. Cuando se conozca el ajuste del Presupuesto 2008 podrá decidirse sobre la posibilidad de una acción compensatoria del Estado en inversiones.

José Barea. Catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid

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