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Mercados

Los orígenes de la crisis de Gaesco

Apuestas erradas de grandes usuarios del bróker en Aisa, Sovereign, el Dax y divisas provocaron la crisis.

Clientes que no se quieren hacer responsables, apuestas fallidas y un control de riesgos mejorable. æpermil;ste es el cóctel de ingredientes que desató la crisis en Gaesco a mediados del pasado noviembre y que ha llevado al grupo a clausurar su división de productos estructurados, cuyo cierre puede dar lugar a provisiones adicionales a las de 40,63 millones anunciadas ya a la CNMV, según reconocen fuentes conocedoras de la situación.

A través de una ampliación de capital de hasta 150 millones de euros, el grupo de servicios de inversión catalán aguarda ahora la entrada de un socio que ponga orden. 'Puede resultar un bocado atractivo para un buen número de inversores: el problema ha sido un fallo de control de riesgos, algo que depende, usualmente, de un pequeño equipo de personas', explica un operador.

Con la tormenta subprime como telón de fondo y en medio de una creciente inestabilidad en las Bolsas, Gaesco Holding anunció la citada provisión por 'operaciones en productos financieros estructurados como consecuencia de la alta volatilidad en los mercados en los últimos meses'. Pero el problema no tuvo que ver con activos afectados directamente por la tormenta crediticia, sino con una inversión en renta variable muy agresiva y con duras consecuencias.

Fuentes del mercado aseguran que importantes clientes del bróker apostaron por la revalorización de Aisa, Sovereign, así como por una bajada del Dax y que realizaron, además, diversas apuestas en el mercado de divisas. Todas ellas se efectuaron a través de contratos Over The Counter (OTC), que se caracterizan por no estar estandarizados, como sucede en los mercados organizados de opciones y futuros (véase ejemplo en el gráfico). 'El emisor del contrato diseña una operación a la carta sobre el activo que demande el cliente. El problema principal surge por el excesivo apalancamiento que implica', explica Fernando Espinosa, gestor de renta variable de Interbrokers. Esto es lo que habría sucedido en Gaesco. No se fijaron unos niveles lógicos de pérdidas y, a la hora de la verdad, los clientes, en lugar de asumir las minusvalías, no se hicieron responsables de sus actos, de tal forma que Gaesco tuvo que responder y se vio obligado a cubrir las millonarias pérdidas ocasionadas por estas operaciones. Como ejemplos, Aisa llegó a caer en 2007 un 88,7% respecto a su máximo del año y Sovereign, un 58,5%.

Gaesco, que espera poder recuperar una parte del dinero, aseguraba en su informe de gestión de 2006 que 'el análisis y la gestión de riesgos constituye un punto muy importante en el proceso de toma de decisiones', de forma que el consejo de administración y, en concreto, el presidente y el consejero delegado se encargan de controlar y autorizar las operaciones importantes.

La Mifid impone más inspección

La directiva de Mercados e Instrumentos Financieros (Mifid), que ya está en vigor en España, ha traído importantes novedades en la relación de las entidades con los clientes. Pero no ha sido la única. A partir de ahora, las empresas de servicios de inversión, entre las que se encuentran las sociedades y agencias de valores, habrán de tener 'un estricto control interno, que se concretan mediante tres funciones: control de riesgos, cumplimiento normativo y auditoría interna', explica Gonzalo Fernández Atela, director de la asesoría jurídica de RBC Dexia. Así, la nueva ley obliga a que se pongan los medios necesarios para el fallo de control de Gaesco y cuyas consecuencias tendrá que asumir, al menos mayoritariamente, él mismo. Fuentes del mercado señalan que es improbable que el bróker recupere el dinero, ya que la defensa de los clientes será declararse insolventes.

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