Botín lanza un órdago en hipotecas en plena sequía inmobiliaria
Santander quiere atraer a 50.000 clientes de sus rivales en seis meses.
La mejor defensa es un buen ataque. La red de Banco Santander en España ha optado, ante la ralentización del mercado hipotecario y el previsible incremento de la morosidad, por lanzar una agresiva campaña comercial para captar a 50.000 de los mejores clientes de otras entidades en tan sólo seis meses.
La entidad presidida por Emilio Botín empezará hoy a comercializar la Hipoteca 08, que cuenta con un agresivo tipo de euríbor más 0,25 puntos. Este producto, destinado a personas que tengan créditos inmobiliarios desde hace más de seis años y que estén al corriente de sus pagos, pretende atraer al banco a los préstamos más solventes de otros competidores.
Para acceder a este crédito, Santander pone como condición la domiciliación de la nómina y la contratación de un plan de pensiones -con una aportación mínima anual de 600 euro-. En caso de incumplir alguno de estos dos requisitos el tipo de interés sería de euríbor más 0,75 puntos.
'Con la Hipoteca 08 queremos atraer a las mejores operaciones de riesgo y, para conseguirlo, ofrecemos el mejor diferencial del mercado', explicaba ayer Enrique García Candelas, responsable de banca comercial en España de Santander -una división que aporta el 21% del beneficio del grupo-.
El plazo máximo de amortización de la hipoteca será de 30 años. Al formalizarlo, no se cobrarán ni comisión de apertura, ni comisiones de servicios.
Otra de las condiciones exigidas por el banco es que se hipoteque la vivienda habitual. Dado que los inmuebles que respaldarían el nuevo préstamo fueron adquiridos hace más de seis años y por tanto antes de que comenzara el boom inmobiliario en España, con la nueva tasación el cliente podría obtener crédito para cubrir gastos no relacionados con la vivienda. 'Permitirá utilizar nuestra casa para reunificar otro tipo de deudas', explicó García Candelas.
El directivo también comentó que Santander no tiene intención de entrar en la denominada guerra del pasivo, puesto que cuenta con productos de ahorro 'muy atractivos con un margen bueno' para el banco.