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Columna
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Los 13 de la fama

Manuel Pizarro, con el que ahora va a contar Mariano Rajoy como número dos en la lista de candidatos por Madrid, tiene antecedentes conquistadores. A finales de septiembre de 1526, total hace casi 500 años, Francisco Pizarro se encontraba en la isla del Gallo en una situación límite porque sus hombres flaqueaban en el propósito de seguir adelante con su empresa. Entonces se puso frente a ellos, los miró, trazó una raya con su espada y les dijo: 'Por este lado se va a Panamá, a ser pobres; por este otro al Perú, a ser ricos. Escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere'.

Cuenta la historia que hubo 13 que decidieron seguirle en la conquista. Sus nombres, que son conocidos como los 13 de la fama, fueron: Bartolomé Ruiz, Pedro Alcón, Alonso Briceño, Pedro de Candia, Antonio Carrión, Francisco de Cuéllar, García Jerén, Alonso Molina, Martín Paz, Cristóbal Peralta, Nicolás de Rivera, Domingo de Soraluce y Juan de la Torre y Díaz Chacón. Allí aguantaron cinco meses hasta la llegada de los refuerzos enviados por Diego Almagro y Hernando de Luque en un navío que encontró a Pizarro y los suyos en la isla de la Gorgona, hambrientos y acosados por los indios. Ese mismo día, Pizarro ordenó zarpar hacia el sur.

En nuestros días la cuestión no era la conquista del Perú sino la defensa de la compañía eléctrica Endesa frente a los embates de la opa lanzada por Gas Natural con el beneplácito de la Oficina Económica de la Presidencia que capitaneaba Miguel Sebastián. Nuestro Manuel Pizarro se dejó de herrumbrosas lanzas, desenvainó la Constitución y aguantó con los suyos hasta la llegada de los refuerzos de la alemana Eon. Al final salió de la empresa por la puerta grande, su dignidad sin merma y un viático de 15 millones de euros porque los duelos con pan son menos y tampoco se trata de penalizar a quienes triunfan en la gestión.

Aceptemos que en el equipo para competir el 9 de marzo se antepone la preferencia por los más adictos en lugar de apostar por los mejores

Manuel Pizarro habría sido elegido por el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, para dar la réplica al vicepresidente económico y ministro de Hacienda, Pedro Solbes, convertido en el último momento en la piedra sobre la que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido edificar la solvencia de su programa electoral tras descubrir que durante la legislatura que ahora concluye hemos vivido cuatro años de crecimiento y de creación de empleo que asombran al mundo. En el PP parece haberse cumplido lo que cuenta la parábola evangélica. Porque de nada ha servido a Miguel Arias Cañete, a Juan Costa o a Vicente Martínez Pujalte y a tantos otros de probadas capacidades haber soportado el peso del día y del calor trabajando en la viña. Como se ve han quedado relegados ante la preferencia por Pizarro.

Nadie discutía en los medios populares la oportunidad que representaba el regreso a Madrid de Rodrigo Rato, que abandonaba sin concluir su mandato como gerente del Fondo Monetario Internacional después de tres años de ejercicio en Washington. Pero los bien informados descartaban que se enrolara en la campaña electoral. Sabían que ni una sola vez había sido llamado en todo el tiempo de ausencia para interesarse por sus tareas o recabar la información que desde semejante cumbre puede obtenerse. Para los insider quedaba claro que el líder del partido, así como Ánsar, mantenedor de los juegos florales y presidente de la FAES, le consideraban insumiso y le habían descartado. Aceptemos que en la alineación para competir el 9 de marzo se antepone la preferencia por los más adictos en lugar de apostar por los mejores.

De la valía personal de Manuel Pizarro hay constancia sobrada. Nada le ha sido regalado en una trayectoria que se inicia en la vecindad geográfica de Federico Jiménez Losantos cuando nadie suponía que llegara a ser quien es.

En cuanto a experiencia empresarial, la de Manuel Pizarro se centra en la fundación de Ibersecurities, la presidencia de la Bolsa y de Ibercaja y, por último, la de la eléctrica Endesa, adonde llegó tras la victoria electoral del PP igual que otros amigos o compañeros de pupitre de José María Aznar. Recordemos a Francisco González en Argentaria, o a Juan Villalonga en Telefónica. Los amigos pueden dar una oportunidad pero luego cada uno tiene que demostrar su valía. Pizarro está probado. ¿Quiénes serán los 13 de la fama que le acompañen?

Miguel Ángel Aguilar Periodista

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