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Jörg Schlaich

'Sin energía solar no se combatirá el cambio climático'

Este alemán nacido cerca de Sttugart hace 74 años y que fue carpintero antes que ingeniero recibe hoy de manos del rey Juan Carlos el primer Premio de Ingeniería Civil de la Fundación Entrecanales Ibarra.

Recién aterrizado en Madrid, Jörg Schlaich, que se disculpa por no saber español a pesar de las muchas veces que ha estado en nuestro país, afirma tener claro lo que dirá en el discurso de agradecimiento al premio otorgado en su primera edición por la Fundación Entrecanales Ibarra, que le será entregado por el rey Juan Carlos. Schlaich aprovechará sus palabras para buscar adeptos para el último proyecto que le mantiene entusiasmado y que pretende que se construya en España. Se trata de una central eólicosolar de la que dice estar convencido de que contribuirá a la lucha contra el cambio climático y la pobreza.

Hace pocos meses ha ingresado en la Real Academia de la Ingeniería Española y ha realizado algunos de sus trabajos aquí, ¿cuál es su relación con España?

Nosotros, los ingenieros, somos como una red mundial. Nos solemos conocer bien. Pero, además, mi relación con España es muy intensa porque aquí tengo muchos amigos y compañeros de trabajo. Y también tengo construcciones bellísimas, como la cubierta de la Plaza de Toros de Zaragoza, pero lo más importante para mí es la Torre Solar en Manzanares, donde tenemos un prototipo. Lo realizamos en los años 80 y con ese proyecto he estado como mínimo 20 veces en Madrid. Las energías alternativas son importantes porque el asunto del cambio climático es preocupante.

Dice que le preocupa el cambio climático, ¿qué puede hacer un ingeniero para combatirlo?

Mucho, porque hay dos grandes problemas en el planeta, el cambio climático y la pobreza. La semana pasada estuve en Mali y la pobreza allí es tremenda. Y el vínculo entre ambos problemas es precisamente la energía. Sin energía no puede haber desarrollo. Hemos de desarrollar grandes proyectos de energía solar para garantizar un mejor suministro de energía a escala mundial.

Tenemos, afortunadamente, un buen contacto en Fuente el Fresno, en Ciudad Real. Allí podríamos construir una instalación de 30 megavatios y esperamos que pueda hacerse y el premio que me dan puede ayudar en algo. Los premios no son importantes de cara al pasado; sólo tienen sentido si pueden influir en el futuro. Y por eso voy a decir en el discurso de agradecimiento al premio: ¡construyamos ese proyecto en Fuente el Fresno! Podríamos demostrar que se pueden arreglar los grandes problemas sin guerras. Si dedicásemos sólo una pequeña parte de lo que ha gastado el presidente Bush en la guerra de Irak para desarrollar el mundo podríamos conseguir enormes cambios.

¿Cómo funciona su proyecto de energía eolosolar?

Es muy sencillo. Tiene una gran cubierta de cristal con una torre en el centro y el aire caliente de la cubierta sube por la torre y con ello se ponen en movimiento turbinas. Es un sistema sencillo. Y este tipo de centrales se podrían construir en el Tercer Mundo generando la energía necesaria y también puestos de trabajo. Tenemos que hacer algo y podemos hacerlo. Hay que ponerse en marcha.

Usted se define como ingeniero generalista, pero ¿con qué disfruta más, haciendo una torre, un puente o proyectos energéticos como el que acaba de comentar?

Realmente no diferencio. La gran ventaja de la ingeniería es que es una de las últimas profesiones generalistas. Es una de las pocas en las que una sola persona puede conseguir realmente algo y no es sólo un grano de arena en un gran desierto.

Antes de ser ingeniero aprendió a ser carpintero...

Sí, pero no hay ninguna contradicción entre ambas actividades. El ingeniero construye y construir supone también juntar diferentes cosas. Mi padre era párroco y trataba con personas con discapacidad mental y sabía que era importante mantenerlas ocupadas. æpermil;l me metió en los talleres y fue así como me convertí en aprendiz de carpintero y ebanista. Si hay una persona que tiene creatividad y tiene interés por hacer algo con sus manos puede hacer muchas cosas. Y yo he tenido la suerte de acabar en una empresa en la que he podido hacer desde la gran torre de la televisión en Hamburgo o la cubierta del Estadio Olímpico de Múnich.

Los proyectos del ingeniero

Belleza social y medioambientalJörg Schlaich, que ha ido traspasando parte del negocio, en parte a su hijo, dice estar obsesionado ahora con la construcción de un proyecto eolosolar después de haber probado su ingenio en un prototipo en Manzanares. El ingeniero asegura que las energías alternativas dan lugar a obras con una belleza que, en este caso, es social.Las obras españolasEspaña cuenta con algunas obras de Schlaich, como la cubierta de la Plaza de Toros de Zaragoza (en la foto), la del Estadio Olímpico de Sevilla, la de Vista Alegre o la del Palacio de Comunicaciones de Madrid. También ha estado relativamente involucrado en el monumento homenaje a las víctimas del 11-M en Madrid.Cubiertas ligeras'Me encanta hacer cubiertas esbeltas de cristal como la del Estadio Olímpico de Berlín y torres esbeltas como la de la televisión de Hamburgo o también puentes. Disfruto, pero lo que más quiero hacer ahora es ese proyecto de energía solar. Estoy convencido de que es una solución al cambio climático. Es importante que se construya'.Un puente para salvar el valle'Cuando alguien me ha encargado una obra, digamos un puente para salvar un valle, lo que he hecho es ir allí, normalmente un domingo. Miro, hago esbozos y esa noche duermo fatal. No estoy contento y lo vuelvo a rediseñar. Pero a los tres años el puente está terminado y tengo la enorme satisfacción de decir, ¡ese puente lo he diseñado yo!'.

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