Portugal desbloquea el proyecto de construcción del nuevo aeropuerto de Lisboa
Las mayores constructoras españolas esperan que el Gobierno portugués active el concurso para la construcción del nuevo aeropuerto internacional de Lisboa. De momento ha elegido ubicación y avanza una inversión de 5.000 millones de euros.
El Ejecutivo portugués mantiene el plazo para el corte de la cinta inaugural del aeropuerto internacional de Lisboa, que deberá complementar al actual de Portela, para el año 2017. El concurso para la obra acumula más de un año de retraso por la búsqueda de una ubicación definitiva. Un proceso que entra en su recta final con la elección de la zona de Alcochete, al sur de la desembocadura del río Tajo.
Hasta este momento todas las previsiones apuntaban hacia la localidad de Ota, unos 50 kilómetros al nordeste de la capital y barajada por primera vez en 1978. Pero un informe del Laboratorio Nacional de Ingeniería Civil (LNEC) ha variado las intenciones del Gobierno que lidera José Sócrates. Y es que el ministro de Obras Públicas ya explicó en mayo del año pasado que la de Alcochete era la peor solución, desde el punto de vista estratégico, para la instalación de la infraestructura.
Ahora, el informe apuesta, a lo largo de 355 páginas, por Alcochete por motivos de seguridad, accesibilidad, medio ambiente -a pesar de las duras críticas lanzadas por colectivos ecologistas- y económicos. El futuro aeródromo repercutirá en el desarrollo de una zona hoy deprimida. Además, la solución de Alcochete presenta una necesidad de inversión que rondará los 4.930 millones de euros, frente a los 5.200 que exige la opción de Ota.
El actual aeródromo de Lisboa está expuesto al riesgo de saturación en el corto plazo, según reconoce la entidad gestora Aeropuertos y Navegación Aérea de Portugal (ANA).
Una vez elegido el nuevo emplazamiento, fuentes del Ejecutivo luso aseguran que en breve serán llamadas las principales constructoras del mundo a un concurso por el que han mostrado interés firmas como la española Sacyr (mantiene un consorcio con la gestora de infraestructuras Brisa y la constructora Mota Engil), además de las principales compañías locales.
Privatización
Emprendidos los trámites de licitación, también se abrirá un proceso paralelo que atañe a la privatización de Aeropuertos y Navegación Aérea de Portugal. En este sentido, la también española Abertis, firma de infraestructuras participada por ACS y La Caixa, será de las que pujarán por hacerse con participaciones en sus aeródromos: Lisboa, Oporto, Faro y los que se encuentran ubicados en las islas Azores (Ponta Delgada, Horta, Santa María y Flores).
En su declaración de intenciones, el Gobierno portugués ha avanzado que sacará al mercado el 50% más una acción de ANA. Abertis asegura mantener 'intacto' su interés por este proceso que se lleva a cabo en el país vecino.
El primero de una serie de grandes contratos
El nuevo aeropuerto de Lisboa es la piedra básica de todo un plan de infraestructuras que promete cambiar el perfil de la zona sur de Lisboa. Sólo esta instalación debería atender las necesidades de tráfico aéreo de la capital hasta el año 2050, según calcula el Laboratorio Nacional de Ingeniería Civil.Además, obligará a habilitar una autopista bordeando el Tajo, así como un tercer puente sobre el río por el que puedan pasar de forma simultánea el tráfico rodado y ferroviario.Mientras llegan esas inversiones, el Gobierno de Sócrates mantiene un plan que alcanza el año 2010 por el que se destinarán 380 millones de euros a la ampliación del actual aeropuerto de Lisboa, incluidas las zonas comerciales y salas de embarque.