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Análisis

Una asamblea con un fondo de turbulencias

Los presidentes y directores generales de las cajas se reunirán hoy en la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) para celebrar su asamblea general. En este acto su presidente, Juan Ramón Quintás, tiene previsto -si no cambia de opinión a última hora- repetir el mensaje que ya lanzó en septiembre, cuando se empezaba a comprobar que la crisis hipotecaria subprime importada de Estados Unidos daba signos de ser más importante de lo previsto. Entonces su mensaje era muy diferente al del resto de sus colegas. Quintás vaticinó que las turbulencias de los mercados podían alargarse a 2008. Varios de sus homólogos pensaban que sólo duraría, en el peor de los casos, hasta finales de año. La realidad, de momento, parece darle la razón, ya que son pocos los expertos que dudan que la crisis de liquidez llegue tan solo hasta el primer trimestre del próximo ejercicio. Y sus efectos en la economía real podría extenderse varios meses más. Hace unos días el representante de las cajas volvió a repetir parte de este mensaje. Y recalcó la conveniencia de que las cajas 'creen un colchón de provisiones, en un año excelente, por lo que pueda venir en los próximos meses'. Las asociadas de la CECA ya conocían este consejo. Y como es lógico el Banco de España, institución que lleva meses recomendando a varias entidades financieras la conveniencia de subir sus provisiones, y conoce los quehaceres de otro grupo de cajas, quienes voluntariamente han decidido hacer hucha para tiempos peores. Nadie, salvo el auditor, estaba poniendo trabas a esta práctica considerada prudente. Pero en esta ocasión tanto la susodicha recomendación de atesorar para el futuro, como su queja de que la crisis aún no ha finalizado provocó una reacción contraria a la de hace unos meses. Varias cajas creen que Quintás debía haber sido más optimista, y no dar recetas. Coincide que son las cajas con riesgos más elevados en el sector inmobiliario. Los representantes de la AEB, la patronal bancaria, también opinan que Quintás debía haber sido más optimista. Aunque en este caso sus asociados cotizan. Y eso es incompatible con el proyecto de realizar más provisiones de las obligatorias, que ya son elevadas, o con mensajes pesimistas, que influyen en la acción. El supervisor también parece que ha declarado en algún que otro círculo su malestar ante las recetas y mensajes de Quintás. Ahora toca transmitir optimismo y confianza. En la asamblea de la CECA el representante de las cajas volverá a repetir lo mismo. Pese a que hay quien dice que hará matizaciones. Puede que deje la recomendación de subir provisiones. También es muy posible que aparque las ya típicas advertencias para que sus asociadas frenen el crédito al sector inmobiliario, que está causando más de un disgusto. Pese a ello, insistirá en quejarse de la actuación de los bancos centrales, quienes deberían, a su parecer, haber actuado con más contundencia y rapidez. Insiste en que 'son momentos de niebla y miedo', y ante ello lo mejor es la prudencia.

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