La reforma aprobada por los Veintisiete, después de tres días de duras negociaciones, prevé un plan para fomentar el arranque voluntario de 175.000 hectáreas de viñas en las zonas menos competitivas.
Además, la UE ha decidido aplazar hasta final de 2015 la liberalización del cultivo de viñedos, ahora restringido por los derechos de plantación, y ha acordado que algunos países puedan mantener tales limitaciones hasta finales de 2018.