Cuando ir de compras es una profesión y no un hobby
Crecen los cursos de formación para convertirse en 'personal shopper'
La postmodernidad, el culto a la imagen y el afán de consumo crean nuevos hábitos que requieren de nuevos profesionales. En España hay una profesión de moda y en pleno crecimiento: los personal shopper. Un término que se podría traducir como asesor personal de compras. En su mayoría, mujeres que aconsejan y acompañan a diferentes personas por las tiendas de moda de una ciudad.
Blanca Gordon es una de las pioneras. Su empresa, Shopin, ofrece personal shoppers a empresas, hoteles y particulares. De hecho, cada vez es más habitual que entre los servicios de los hoteles se incluya la posibilidad de ir de tiendas de la mano de uno de estos profesionales. Además, supone una alternativa a los tour turísticos tradicionales. Se cambian las catedrales de la Almudena y la Sagrada Familia por los escaparates de las tiendas de Serrano, en Madrid, o del Paseo de Gracia, en Barcelona.
Aquellos que quieran dedicarse a este mundo ya tienen a su alcance academias donde formarse. En el último año han empezado a proliferar los cursos especializados. Uno de ellos se imparte en la Escuela Superior de Moda y Empresa (Esme), consta de 60 horas lectivas y cuesta 1.500 euros. Historia de la moda, análisis de color, protocolo o creación de fondo de armario son algunas de las asignaturas que se imparten. Esme colabora con el programa de Cuatro Supermodelo 2007, una suerte de Operación Triunfo, pero en lugar de cantantes se forman modelos.
Patricia Rosales, la directora del centro, considera que en 'España hay una escasez de profesionales debidamente formados con conceptos teóricos y prácticos'. Fernando Garzón, director de BcnStyle, defiende que los cursos especializados son necesarios para 'poder alcanzar el nivel profesional de los países anglosajones, donde la figura del personal shopper está más arraigada, es más conocida y está más extendida socialmente'.
De hecho, esta profesión nació en Estados Unidos allá por los años 90 y, en principio, era un lujo al alcance de los más adinerados.
Ahora, el sector huye de la idea de que los personal shopper son un capricho de millonarios. 'Estamos trabajando con precios ajustados y atractivos, desde 150 euros. En los hoteles más importantes y que se quieren adaptar a las tendencias de mercado lo están ofertando junto al servicio de habitaciones', explica Patricia Rosales.
El hecho de contratar a un personal shopper tampoco obliga a ir a tiendas lujosas y caras como Gucci o Dolce & Gabbana. Un buen asesor de compras debe moverse por las tiendas más exclusivas con la misma soltura que por los probadores de Zara o H&M.
De 50 a 100 euros la hora
Una personal shopper cobra, de media, entre 50 y 100 euros a la hora. Así, durante media jornada de compras puede ganar unos 400 euros. Suelen ser free lance, lo que aumenta la libertad, pero disminuye la seguridad laboral. Tanto Shopin, en Madrid, como BcnStyle, en Barcelona, se nutren de colaboradoras. La utilización del femenino no es casual. Fernando Baeza de BcnStyle calcula que de cada diez personal shoppers, sólo uno es hombre. Patricia Rosales lo corrobora. En los cursos de Esme sólo hay un 15% de hombres. Aunque ambos coinciden en que la proporción de hombres está aumentando y la tendencia se acentuará en el futuro.
Un regalo a lo 'Pretty Woman'
Según Deloitte, la mayoría de los españoles desea recibir ropa como regalo estas Navidades. Sin embargo, ello tiene ciertos riesgos. Es fácil que la prenda escogida no guste al destinatario y, sobre todo, se pueden crear situaciones embarazosas si los pantalones o el vestido regalado le queda pequeño al obsequiado. Una forma de acertar seguro es regalar una jornada con un personal shopper. Un obsequio diferente, original y con la ventaja añadida de que la persona obsequiada elige la ropa que desea y recibe la atención personalizada de un profesional de la moda. Como Julia Roberts en Pretty Woman. Buena parte de los ingresos de estas empresas proviene de personas que regalan por Navidad o en aniversarios una jornada de este tipo. El coste suele oscilar entre los 300 y los 400 euros y la empresa se encarga de elegir la ruta a seguir de acuerdo con los gustos y preferencias del cliente. El regalo también puede incluir un cheque por un valor determinado canjeable en las tiendas. Siempre será más elegante regalar un cheque que poner un fajo de billetes en la mano del agasajado al tiempo que se pronuncia la conocida frase: 'Toma y cómprate lo que quieras'.