Cita mundial en Bali para salvar el planeta
La urgencia se ha instalado en el debate sobre el calentamiento climático. La comunidad internacional intentará a partir de hoy, en un contexto de creciente presión y atenta mirada mediática, dar salida a un nuevo compromiso para frenar la galopante emisión de gases de efecto invernadero, nefastos para el futuro inmediato del planeta y de la economía mundial. Ya no hay equívoco posible. El manido aumento de temperatura del planeta no sólo es una realidad, sino que además está causado por la mano del hombre, principalmente por la quema de carbón y de petróleo. Tal es la conclusión del panel internacional sobre cambio climático de la ONU, un total de 2.500 científicos que en su último informe, presentado en Valencia, rompieron con su habitual prudencia para instar a la reducción obligada de emisiones ya en 2015. Ese texto, que fue respaldado incluso por EE UU que no ha ratificado el protocolo de Kioto servirá de base para intentar sellar un compromiso político durante la Conferencia Internacional sobre el Clima que hoy se abre en Bali (Indonesia) bajo el paraguas de la ONU.
Otro modelo económico
En juego está fijar un calendario y un objetivo cifrado sobre las emisiones a partir de 2012, cuando expira Kioto, la única herramienta internacional que existe contra el efecto invernadero. Ahora bien, este modesto patrón, firmado en 1997 (entró en vigor en 2005), sólo prevé la reducción del 5% de emisiones de 36 países industrializados respecto a 1990 entre 2008 y 2012. El consenso científico asegura que será necesario recortar en un 80% las emisiones de cara al año 2050, para limitar el calentamiento climático planetario a 2 grados. Ministros de Comercio y de Finanzas y deMedio Ambiente de 130 países están así llamados a encontrar un compromiso, nada menos que para ¢modificar el modelo económico mundial para los próximos cincuenta años¢, según apunta un negociador europeo. Los expertos consultados apuntan un tanto resignados al papel que desempeñará EE UU. Aun así, ¢no vamos a hacer como si no fuera a ocurrir nada esperando a las elecciones americanas (en 2008), ha dicho el ministro deMedio Ambiente francés, Jean-Louis Borloo. La victoria de los laboristas en Australia, cuyo recién nombrado primer ministro, Kevin Rudd, hizo de la firma de Kioto una promesa electoral, deja aislado a EE UU. En la nueva etapa que se avecina, los países emergentes son una clave importante. China, Brasil e India, exentos de responsabilidad sobre sus emisiones en el texto de Kioto, deberán entrar en el próximo compromiso internacional en ciernes. China, donde el carbón representa el 70% de la producción de energía, está llamada a ser el mayor consumidor de energía del mundo en 2010, por delante de EE UU.
Con los deberes por hacer
La emisión de gases contaminantes alcanzó en 40 países industrializados niveles récord en 2005, según la convención marco de Naciones Unidas para calentamiento climático. Este organismo asegura que el alza continua se debe ¢a los países muy industrializados y al antiguo bloque del Este, que ha recuperado la senda del crecimiento¢. Sólo Francia, Alemania, Suecia y Reino Unido han rebajado sus emisiones respecto a 1990, año de referencia del protocolo de Kioto. España ha evolucionado a la inversa. Sus emisiones aumentaron en 2005 un 53%. La intención de los representantes españoles es defender un reparto ¢más equitativo¢ de los esfuerzos que cada país debe realizar para reducir sus emisiones. Si bien, responsables del Ministerio de Medio Ambiente consideran que ¢la verdadera batalla política¢ en este sentido se producirá posteriormente en Bruselas. De hecho, la UE se ha comprometido de forma unilateral a rebajar las emisiones de CO2 un 20% en el horizonte de 2020, y un 30% en este periodo, si el resto de países industrializados se comprometen. El secretario general para la prevención del Cambio Climático, Arturo Gonzalo Aizpiri, consideró ¢muy ambiciosos los objetivos de la UE, pero advirtió que hay que distribuirlos por países. EE UU sigue atrincherado en el aspecto ¢voluntario¢ de cualquier acuerdo, y China pide una mayor transferencia de tecnología limpia para hacer frente al reto medioambiental. De no alcanzar un acuerdo global, los países que acuden a Bali están dispuestos a poner sobre la mesa acuerdos por sectores económicos.