Desde Santurce a Bilbao
Cantábamos de pequeños en honor del comercio, al que daban vida las jóvenes o jóvenas emprendedoras de entonces, las estrofas que empezaban 'desde Santurce a Bilbao, vengo por toda la orilla, con la falda remangada, luciendo la pantorrilla, vengo deprisa y corriendo, porque me aprieta el corsé, voy gritando por las calles: ¡quién compra!, sardinas frescué. Mis sardinitas, que ricas son, son de Santurce, las traigo yo'. Reconozcamos que aquellas pioneras trataban con el pescado y que si lucían la pantorrilla era para incentivar la comercialización, como sucede ahora en los anuncios de la prensa o los spots de televisión.
Pero más allá de la estampa costumbrista que evoca esta cantata popular, su arranque podría servir para caracterizar la España de los desastres ecológicos perpetrados en nuestras costas. Porque efectivamente, desde Santurce a Bilbao o desde Totana al Puerto de Santa María o a la ría del Ferrol ya podemos ir -no saltando de árbol en árbol como podían hacer las ardillas para pasar desde Gibraltar hasta los Pirineos, en épocas anteriores al culto arboricida, sino de apartamento en apartamento y de torre en torre- sin tocar el suelo.
Estos últimos días, los abusos urbanísticos con arrastres ecológicos irreversibles han saltado en Totana (Murcia) -patria chica de los Garrigues- pero conviene atender también a otros casos, en especial cuando quedan sorprendentemente ocultos sin romper la barrera de silencio.
Estos últimos días, los abusos urbanísticos con arrastres ecológicos irreversibles han saltado en Totana, pero debe atenderse a otros casos
Veamos, por ejemplo, lo que está sucediendo en la ría del Ferrol con la planta de regasificación promovida por Reganosa, barbarie frente a la que se estrella la oposición ciudadana. Sus clamores contra la ilegalidad que supone esa planta, contra los peligros que añade su absurda ubicación, así como sus alegaciones por el incumplimiento de las más elementales normas de seguridad industrial y medioambiental, carecen de eco alguno en los medios de comunicación, si se exceptúan las páginas del diario La Opinión de La Coruña, y de ahí la consiguiente desatención de la Xunta, cuyos actuales responsables proceden como si debieran subrogarse en las corrupciones financieras y políticas características de los tiempos de la presidencia de Manuel Fraga. He aquí algunos botones de muestra:
¦bull;La instalación de la planta de Reganosa se ha incrustado en el corazón de la ría de Ferrol en un lugar donde dentro de un radio de 2.000 metros viven más de 7.000 personas, cuyo caserío presenta viviendas a distancias de apenas 80 metros. En ninguna planta de gas en España sucede nada parecido.
¦bull;A la planta sólo se puede acceder desde el mar abierto a través de un estrecho canal de escasa profundidad y de más de 4 kilómetros de longitud. Estas condiciones impiden el tránsito de los grandes buques gaseros fuera de las dos horas diurnas de pleamar, único intervalo en que se dispone de la luz y el calado suficiente para su navegación, y eso siempre que los fuertes vientos habituales no lo impidan.
¦bull;Los fondos marinos de esta canal están clasificados como lugar de interés comunitario (LIC) y quedan bajo normas de protección integral, por lo que debe excluirse la posibilidad de proceder a dragarlos.
¦bull;Los tanques de la planta se encuentran dentro de la zona de seguridad para la defensa nacional frente al arsenal de Ferrol. De modo que los buques gaseros con su carga de gas natural licuado (GNL) quedarían fondeados a menos de 200 metros de los buques de guerra y del resto de las instalaciones militares de la Armada.
¦bull;En su informe de agosto de 1999 el contralmirante Pedro Español Jofre de Villegas, con el respaldo del almirante jefe de la Zona Marítima del Cantábrico, Rafael Morales Robledo, hizo constar la gravedad de la situación descrita pero la reacción del ministro de Defensa Federico Trillo se limitó a pasar a la reserva al almirante Morales.
El próximo día de clase nos ocuparemos en esta misma aula de los antecedentes, de la situación actual del expediente de autorización y de las causas que llevaron a elegir precisamente Punta Promontorio para instalar la planta de Reganosa. Atentos.
Miguel Ángel Aguilar
Periodista