Bilbao gana a Calatrava el litigio por la ampliación de su pasarela
Puente o pasarela. Obra de ingeniería o de arte entre ambas márgenes del Nervión a su paso por el centro de la capital vizcaína. Y, la discusión, se traslada a los juzgados. La resolución del Juzgado de lo Mercantil Número 1 de Bilbao, sujeta a posibles recursos y que se hizo pública ayer, desestimó la demanda del arquitecto valenciano Santiago Calatrava en la que reclamaba una indemnización o la demolición de la prolongación de su puente singular, realizada sin su consentimiento.
El asunto tiene calado, sobre todo cuando se trata de la primera sentencia sobre la vulneración de la integridad de una obra de ingeniería. Y la primera de Europa que enfrenta a arquitectos de referencia internacional. Por un lado, Santiago Calatrava y por el otro el japonés Isozaki, contratado por Vizcaína de Edificaciones, sociedad que ha construido dos grandes torres a las que ha unido la prolongación de la obra de Calatrava en discusión. Además, el Ayuntamiento de Bilbao, abiertamente contrario a las tesis sostenidas por el arquitecto valenciano.
En la resolución del Juzgado de lo Mercantil de Bilbao, su responsable reconoce que en la obra de Calatrava se ha producido una alteración, pero antepone el interés público sobre el privado. En este sentido, argumenta que el uso que realizan los ciudadanos de Bilbao que cruzan el Zubi Zuri nombre que recibe su pasarela prevalece sobre el derecho a la propiedad intelectual de su autor, que considera 'innegable'. Sin embargo, centra el debate cuando asegura que su diseño hacía más incomodo y dificultoso el tránsito para los bilbaínos, obligados a 'subir y bajar' para cruzar la Ría de Bilbao. Pese a la sentencia, el juez sanciona la actitud del Ayuntamiento de la capital vizcaína, que modificó de manera 'incomprensible', a juicio del magistrado, el puente original sin contar con su autor.
Un gasto considerable en baldosas
Cientos de baldosas cambiadas por roturas provocadas, según algunos expertos, como consecuencia de la tensión que soporta la estructura del puente, le ha supuesto unos cuantos miles de euros al Ayuntamiento y son parte de la reciente historia del Zubi Zuri, es decir, la pasarela de Calatrava que une la margen derecha y la izquierda de la Ría de Bilbao a su paso por la capital vizcaína y que fue inaugurado en 1997. A esto hay que sumar unas cuantas caídas de transeúntes provocadas por unas baldosas escasamente preparadas para evitar los deslizamientos en una ciudad, como Bilbao, donde la lluvia y las bajas temperaturas convierten el suelo en una incontrolable pista de patinaje.