Dos ciudades en una
En EE UU, la Navidad se anticipa con la festividad de Acción de Gracias, que se celebró el pasado jueves. Es ahora cuando los contrastes se hacen más patentes, sobre todo en una urbe de extremos como es Nueva York.
Aún era octubre cuando la Misión de Bowery envió cartas pidiendo 1,59 dólares antes del 21 de noviembre. Este era el coste de la comida de Acción de Gracias que la Misión ofreció a los necesitados de la ciudad. Ed Morgan, presidente de esta institución cristiana, que lleva más tiempo en Nueva York que el centenario puente de Brooklyn, esperaba servir más de 59.000 comidas.
En su carta, Morgan afirmaba que el número de 'sin techo' en la ciudad está en uno de sus puntos más altos de su historia. Y no son sólo individuos, también hay familias. 'El incremento de las familias sin techo se debe a la falta de trabajos que paguen lo suficiente para sustentar a una familia y por los cambios en los programas sociales destinados a apoyar las necesidades de las más pobres', explican en la institución.
Según el último informe Hambre en América (2006), los programas de emergencia de alimentos llegan a una media anual de 1,2 millones de personas en Nueva York. Este es un extremo de la ciudad. El otro está a unas calles de distancia.
No más de cinco manzanas separan la Misión de Bowery de los dos nuevos y modernos edificios que se han levantado a una considerable -e inusual- altura en el Lower East Side, una de las zonas bohemias de la ciudad que ahora se aburguesa. Alquilar un apartamento de una habitación de entre 70 y 80 metros cuadrados en uno de estos edificios cuesta entre 3.800 y 4.400 dólares y se suele pedir al inquilino que acredite un salario de, al menos, 30 o 40 veces la renta, algo fácil para una parte de la ciudad.
Según el departamento de empleo, el salario medio bruto semanal de los profesionales de banca de inversión y de firmas de intermediación en Manhattan fue de 16.918 dólares en el primer trimestre de 2007. Ahora en Wall Street hay una cierta inquietud por el impacto de la crisis en sus bonus. Ahí trabaja el 5% de los asalariados de la ciudad, que representan cerca del 23% de la masa salarial de la ciudad. Lejos del mundo financiero, en el Bronx, el salario medio es de 788 dólares semanales.
Los afortunados de Wall Street no ignoran las desigualdades. Las cartas de la Misión de Bowery van, sobre todo, dirigidas a ellos y muchos bancos tienen fondos de caridad. Ahora Goldman Sachs va a lanzar un fondo filantrópico que espera alcanzar los 1.000 millones de dólares. El capital inicial lo ponen sus socios. La caridad es una opción, pero Morgan habla de mejores salarios y programas sociales mejor dotados. Eso es otra cosa. Nueva York sigue preparando la Navidad. 'Eran los mejores tiempos, eran los peores tiempos', escribió Charles Dickens en su Historia de dos ciudades.