A propósito de Cataluña
A lo largo de las últimas semanas diferentes organizaciones empresariales, Fomento del Trabajo Nacional, el Círculo de Economía, la Cámara de Comercio, la XII Trobada d'Economia a S'Agaro, han expresado sus opiniones sobre la situación económica, empresarial y política en Cataluña.
El diagnóstico de partida es prácticamente coincidente: aunque la situación económica actual es buena, Cataluña ha perdido plazas en el ranking de las regiones más competitivas y debe recuperar el espíritu emprendedor del que ha hecho gala en décadas anteriores.
Las causas de esta situación tienen lecturas diversas que no son opuestas sino complementarias. Todo fenómeno de cambio social es complejo y en este caso son varias las razones que se pueden apuntar:
¦bull;El déficit de infraestructuras. Todas las instituciones coinciden en este punto. Se puede analizar si este déficit viene de una historia de déficits acumulados o es un problema de inversiones presupuestadas contra inversiones ejecutadas, pero en cualquier caso no hay duda que los trenes de cercanías, el aeropuerto, el puerto, el mantenimiento de las redes eléctricas, etcétera, requieren recuperar el tiempo perdido desde aquel impulso inversor que supusieron los Juegos Olímpicos de 1992.
¦bull;Burocracia excesiva. Si bien es cierto que todas las Administraciones han hecho una declaración de principios sobre la puesta en marcha de la ventanilla única, la utilización de internet o la simplificación de los trámites administrativos, los ciudadanos, y muy en particular las empresas, viven una situación contraria. La buena voluntad de los políticos no se traduce en la práctica en una Administración más ágil y menos fiscalizadora.
¦bull;Incapacidad de gestión en los organismos públicos. La llegada a los puestos de responsabilidad de una generación de políticos nacidos en la democracia y formados dentro del aparato del partido, hace que la desconexión entre los ciudadanos y las Administraciones sea mayor que nunca, ya que hablan dos lenguajes diferentes. Cuando en la calle se pide eficiencia y eficacia, en las Administraciones parece buscarse la fidelidad partidista y la permanencia en el poder. La verdadera desafección no es entre comunidades autónomas, sino entre los ciudadanos y la clase política.
¦bull;Desaparición de la cultura de esfuerzo. Si bien es verdad que éste es un problema de la sociedad actual, los medios de comunicación han encumbrado unos referentes sociales basados en ser famoso y ganar dinero rápido. Lástima que los medios públicos, víctimas de la audiencia, hayan caído en la misma trampa y ayuden a la rápida degradación del nivel cultural de nuestra sociedad.
¦bull;Difícil interrelación con otros países y culturas. A pesar del incremento masivo del turismo, tanto emisor como receptor, nos beneficiamos muy poco de las relaciones que podríamos establecer con otras sociedades distintas de la nuestra. La tradicional lacra en el aprendizaje de otros idiomas, que empieza en nuestro propio país, y la más que difícil movilidad geográfica hacen que en lugar de convertirnos en un Silicon Valley del Mediterráneo, acabemos siendo la Disneylandia del pan con tomate.
Cada causa tiene una o varias soluciones. Unas a corto, otras a medio y otras a largo plazo. Pero cada uno desde su parcela de responsabilidad debe ponerse manos a la obra. Salimos de una situación excelente, pero si nos dedicamos a discutir si son galgos o son podencos, perderemos las ventajas que aún tenemos para afrontar el siglo XXI con garantías de éxito.
David Parcerisas
Presidente de la Fundación EADA (Escuela de Alta Dirección y Administración)