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El dentista aburrido, pero competente

Nuño Rodrigo

Si los economistas se las apañasen para convertirse en gente humilde y competente, al nivel de los dentistas, eso sería espléndido', dijo en uno de sus ensayos John Maynard Keynes. Ben Bernanke, Mervyn King -gobernador del Banco de Inglaterra- y Jean-Claude Trichet cultivan ese perfil de aburrido funcionario del gusto de Keynes. Son transparentes en sus fines y objetivos y ni en la intimidad del hogar parecen capaces de dar una sorpresa. Los tres echaron el freno a los tipos de interés el mes pasado, si bien en Estados Unidos se da por muy probable un recorte de tipos en diciembre.

No es el escenario más sexy para los inversores, que vivieron un largo idilio con un Alan Greenspan, que no sólo no preparaba al mercado para los recortes de tipos en 1998, cuando quebró el LTCM, sino que cambió la política monetaria en una reunión de urgencia. Pero, como señala un informe de Citi publicado ayer, la rutina puede ser más aburrida, pero rentable. Señala que la liquidez y la baja volatilidad permiten escenarios como los de los últimos años, cuando tipos de interés altos han coincidido con un mayor apetito de riesgo. 'Las políticas monetarias regladas las que se ciñen a un objetivo público y conocido de los últimos años han reducido la volatilidad de la inflación y de la producción', concluye Citi.

Eso no quita, según el banco, que los ajustes de la política monetaria sean también bienvenidos. Lo decía Greenspan: 'Un banquero central no sólo tiene que considerar el escenario más verosímil para la economía ... hay que juzgar las probabilidades, costes y beneficios de distintos escenarios'. Eso significa, en otras palabras, tomar medidas más allá de las reglas habituales para prevenir escenarios que tendrían un alto coste económico.

Así, aunque las cifras puras y duras no indiquen una recesión, quizá la Reserva Federal adopte la postura prudente de mover los tipos de interés en respuesta a la evolución de los precios de los activos en un contexto que va más allá de el simple control de la inflación: 'Si fallan al contrarrestar una distorsión inicial, pueden propagar una serie de profecías autocumplidas sobre una crisis más amplia'. Más claro, agua. Como los heridos en el campo de batalla, el sector financiero suspira por un poco de morfina. Queda por ver qué hará el médico. O el dentista.

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