Los grandes bancos centran sus esfuerzos en mejorar la eficiencia
Santander, BBVA, Popular y Sabadell esperan aumentar su beneficio hasta 2009 más de un 15% cada año.
Los bancos españoles están viviendo su momento. A pesar de las recientes turbulencias que han sacudido los mercados financieros de todo el mundo, Santander, BBVA, Sabadell y Popular se encuentran en plena forma. Sus previsiones de beneficio hasta 2009 o 2010 son sólidas, aunque no tan boyantes como las de los últimos años. Una de las claves para los próximos ejercicios es compensar la reducción de ingresos con una mejora de la eficiencia.
El grupo Santander rompió el hielo el pasado 13 de septiembre. Durante el Día del Inversor, el banco avanzó algunos objetivos a medio plazo. Entre ellos, destaca su intención de incrementar su beneficio por acción en un 15% para 2008 y 2009.
'Hemos demostrado que podemos batir a nuestros rivales durante ciclos alcistas y ahora demostraremos que durante un ciclo normalizado lo podemos hacer aún mejor'. Así de seguro se mostraba Alfredo Sáenz, consejero delegado del grupo, de las posibilidades de Santander.
Para conseguir esta meta, la entidad quiere convertirse en 'el banco global más eficiente' a base de combinar ingresos 'de doble dígito', con un control sobre los costes, para que estén en línea con la inflación local. Para 2009, la entidad espera tener un ratio de eficiencia del 40%, lo que supone una reducción de cuatro puntos respecto a niveles actuales.
BBVA comparte plenamente el objetivo de Santander de destacar entre sus rivales. 'Nuestra prioridad, la principal prioridad del grupo BBVA, es lograr la mayor rentabilidad para nuestros accionistas, por encima de nuestros competidores', enfatizaba el presidente de la entidad, Francisco González.
El banquero se pronunció así el pasado jueves, durante el día del accionista. Aunque el grupo no ofreció una previsión de incremento global del beneficio, sí que detalló sus objetivos para el próximo trienio en varias áreas.
En filiales tan importantes como México, Latinoamérica y Estados Unidos, BBVA espera obtener mejoras del beneficio de entre el 15 y el 18%. Mientras, en su franquicia ibérica vaticinan crecimientos superiores al 20% para 2008 y 2009.
Estos rendimientos son inferiores a los obtenidos en los tres últimos, pero dado el actual contexto de ralentización del crecimiento económico y contracción del mercado crediticio, representan unos resultados muy sólidos.
El secreto del éxito de BBVA también pasa por conseguir una importante mejora de la eficiencia. La entidad quiere ser 'el primero de la clase' en esta materia, para lo que ha puesto en marcha un plan de innovación y transformación. Con él espera ahorrar más de 800 millones de euros anuales y bajar su ratio de eficiencia en más de siete puntos, hasta alcanzar el 35% en 2010.
Otro de los virtuosos de la eficiencia, Banco Popular, es el único que no ha comulgado con la moda del día del accionista, pero sí que ha detallado sus expectativas de crecimiento para los próximos años. Su director financiero, Roberto Higuera, explicó el pasado 4 de octubre en el foro financiero de Merrill Lynch, que la entidad espera obtener un crecimiento del beneficio por acción del 16% en 2008 y 2009.
Aunque el banco espera que la evolución de la economía española se modere -vaticina un crecimiento del PIB en 2009 menor del 2,8%-, confía en mantener un incremento anual del margen de intermediación cercano al 15%. Banco Popular quiere hacer valer dos elementos distintivos frente a sus rivales: su menor exposición al mercado inmobiliario español y su capacidad para autofinanciarse.
La vocación por la eficiencia también protagonizó la presentación a inversores realizada el 6 de noviembre por Banco Sabadell. Su presidente ejecutivo, Josep Oliu, explicó que si la última etapa de la entidad ha estado marcada por ganar tamaño, 'el periodo de 2007 y 2009 estará basado en la productividad comercial y en la eficiencia de las operaciones'. Para dentro de dos años, el banco espera haber bajado su ratio de eficiencia al 37,5% (frente al 44% actual), manteniendo un crecimiento en créditos superior al 12%.
EE UU se convierte en la nueva meca inversora
Los presidentes de España y Estados Unidos, José Luis Rodríguez Zapatero y George W. Bush, no se llevan bien. Sus encuentros son cuestiones de cronómetro, más que de agenda. Sin embargo, las inversiones del sector financiero nacional en el país norteamericano están alcanzando un momento cumbre. Santander desembarcó en EE UU en los noventa, al entrar en el capital de Fidelity, pero en los dos últimos años ha sido cuando las adquisiciones se precipitado. Desde 2005, BBVA ha comprado cuatro entidades en el sur del país y espera que esta nueva área de negocio aporte el 10% del beneficio del grupo.Popular y Sabadell también han apreciado el potencial de crecimiento en el sector bancario estadounidense. A lo largo de 2007, ambas entidades han cruzado el charco para adquirir sendos bancos en el Estado de Florida. El primero invirtió 300 millones de dólares en Totalbank y el segundo 175 millones por Transatlanticbank. El furor español por EE UU se completa con la compra del 25% Sovereign por Santander en 2005 (por 2.400 millones de dólares). Muchos analistas creen que el próximo movimiento de Botín será hacerse con el control total.
El último adiós al crédito hipotecario
La era del crédito hipotecario ha muerto. La desaceleración del mercado inmobiliario y los nubarrones que se ciernen sobre la economía española ha obligado a las entidades financieras a buscar nuevas palancas de crecimiento. Cada cual tiene su receta. Santander apuesta por su diversificación geográfica y en la red española y Banesto, por el crédito al consumo, el negocio con empresas y la inmigración. BBVA, por su parte, ha puesto el acento en el consumidor joven -quiere captar un millón hasta 2010- y en productos y servicios no financieros. Mientras, Sabadell seguirá mimando a sus clientes estrella, los pequeños empresarios, al tiempo que se refuerza en banca privada gracias a la compra de Banco Urquijo. Popular, que ha reducido mucho su exposición al crédito promotor, apuesta sobre todo por vincular más al cliente.