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Europa

Los empresarios recelan sobre la eficacia del nuevo Tratado de la UE

Europa necesita una identidad y ésta no es la que ha quedado reflejada en el nuevo Tratado de la UE. Así lo constataron ayer directivos europeos de grandes multinacionales, quienes lo calificaron como un proceso de involución frente a nacionalismos económicos 'mal entendidos'.

Empresarios y políticos no coinciden sobre el papel y la identidad que va a tener Europa en el futuro de España. Así se puso de manifiesto en las jornadas organizadas ayer por la Fundación Berltesmann y patrocinadas, entre otros, por la Fundación Santillana, en la que quedó patente el abismo que separa a la clase empresarial y político sobre el futuro de la identidad europea, cuya última consecución ha sido el tratado de Lisboa.

Algunos representantes de grandes multinacionales europeas como el Santander, Daimler o Siemens, calificaron el tratado como un paso hacia atrás en la integración europea. La más beligerante fue Isabel Tocino, consejera independiente del Santander, quién señaló que el nuevo tratado 'es un proceso de involución que fomenta los nacionalismos económicos mal entendidos', en clara alusión a algunas grandes operaciones corporativas, como la de Ferrovial con BAA, 'en las que las autoridades locales han asfixiado al comprador y le han obligado a desinvertir'. A su juicio, la mejor receta para la creación de una identidad europea pasa por el fomento de la competencia, la eliminación de barreras burocráticas y la creación de un mercado único. 'Liberalizar es muchas veces la mejor vía para protegerse', apuntó.

En la misma línea, Eduardo Montes, vicepresidente de Siemens, consideró 'ridículos' los campeones nacionales desde el punto de vista político y económico. 'Las grandes empresas lo que necesitamos son masas críticas y globales. Por eso sí creo en el concepto de campeón europeo en un entorno en el que se homogeneicen la legislación y la reglamentación fiscal', dijo.

Por su parte, Carlos Espinosa de los Monteros, presidente de Daimler en España, precisó que el fuerte avance en la integración económica en Europa y la parálisis en lo político es la que ha provocado un fuerte escepticismo entre la población más joven. Una encuesta realizada por la Fundación Bertelsmann a 1.500 ciudadanos españoles concluye que uno de cada tres encuestados se identifica poco o nada con Europa.

La visión del Ejecutivo sobre el Tratado de la UE es muy diferente. Alberto Navarro, secretario de Estado para la Unión Europea, consideró en el foro que el tratado ha sido un paso en la construcción de la identidad de Europa. 'Los europeos hemos forjado parte de nuestra identidad con la abolición de la pena de muerte, la ratificación del protocolo de Kioto o el Tribunal Penal Internacional', aseguró Navarro. 'Eso nos diferencia de EE UU y de otros países, como Turquía, que han tenido que hacer cambios en su constitución para abolir la pena de muerte y negociar su ingreso en la UE', aseguró.

Preguntado por lo descafeinado del nuevo tratado, que omite la presencia de cualquier símbolo europeo o de la figura del ministro de Asuntos Exteriores de Europa, Navarro aseguró que es el peaje que se ha tenido que pagar para que fuera ratificado por algunos miembros, como el Reino Unido, dispuestos a bloquearla. 'Es un paso más en la creación de la identidad europea', apuntó.

Hacia una identidad compleja

El presidente de Prisa, Ignacio Polanco, apuntó la oportunidad y la importancia de esta jornada de debate que, a falta de un mes para la aprobación del nuevo tratado de la UE, 'debe servir como punto de inflexión para la construcción de Europa'.Polanco recalcó que la España que superó el aislamiento internacional es ahora un país europeísta, que se identifica en valores como la libertad o la democracia. 'Debemos contribuir a la creación de una identidad compleja, ya que identidad y metamorfosis han sido dos ideas permanentes en el imaginario europeo', dijo ayer.Juan Luis Cebrián, consejero delegado de Prisa, señaló, por su parte, la necesidad de garantizar la seguridad jurídica como principio básico. 'Cada sujeto tiene varias identidades. Por ello, quizá haya que abandonar ese debate, y centrarse en defender el imperio de la ley, el concepto de que todos somos iguales ante ella. Luego aceptaremos y reconoceremos todas las identidades que no vayan en contra de la ley', dijo.

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