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Mercados

La Bolsa española logra capear el temporal de la industria financiera

El miedo al impacto de la crisis de crédito volvió a planear ayer en los mercados de valores. Toda Europa cerró en números rojos tras la dimisión del presidente de Citigroup, Charles Prince. El Ibex, en cambio, se salvó por la mínima, registró un avance del 0,01% y concluyó en 15.825,9 puntos.

Hay que tener estómago si se quiere seguir estando en Bolsa', así definía ayer un analista la situación del mercado, en particular de los valores bancarios. El flujo de noticias que llega de EE UU no augura nada bueno y ya se ha cobrado la cabeza de dos directivos ilustres: Stan O'Neal, máximo ejecutivo de Merrill Lynch, y Charles Prince, presidente de Citigroup. Europa reaccionó ayer con pérdidas y el negocio de banca registró un descenso medio del 2,35%. En España, el sentimiento negativo se lo llevó principalmente el banco Santander, que perdió un 1,16%. El resto del mercado aguantó el chaparrón y eso permitió que el Ibex cerrase en 15.825,9 puntos, una revalorización del 0,01%.

Con un volumen de negocio notable -casi 4.300 millones en el mercado continuo- las pérdidas fueron la nota dominante en el mercado nacional. Un total de 18 valores del Ibex terminaron en números y sólo cuatro rentaron más de un 1%; se trató de Inditex (2,76%), BME (2,42%), Unión Fenosa (2,21%) y Enagás (1,02%). Por supuesto, en el mercado continuo hubo rentabilidades más interesantes, pero en valores de poca capitalización, tan propensos a proporcionar alegrías, como disgustos. Así se ve en los dos extremos de la tabla: Sniace ganó un 7,95% y Dogi, un 4,95%; pero Barón de Ley cedió un 4,77% y Mecalux, un 6%.

La banca vivió una jornada extraña. La crisis de Citigroup hizo que todo el sector abriese en números rojos, pero por la tarde el BBVA (0,47%) comenzó a tirar hacia arriba y al final sólo Popular (-0,51%) y Santander concluyeron a la baja.

El efecto 'subprime'

Las hipotecas de alto riesgo o subprime están causando estragos en EE UU. Se trata de créditos inmobiliarios concedidos a clientes de baja solvencia, su riesgo es traspasado luego a todo el mercado en forma de bonos hipotecarios que compran numerosos inversores institucionales, incluidos bancos europeos. El bajo riesgo acreditado por la industria española ha servido para capear mejor la tormenta financiera, pero no para evitar el efecto contagio.

Los inversores pudieron ver ayer caídas contundentes en el mercado. Barclays cayó un 6,3%; UBS, un 3,7%; HBOS, un 3,27%; Unicredito, un 1,03% y Nordea, un 0,83%. El resultado fue que el Euro Stoxx perdió un 0,39%; Footsie, un 1,06%; el Cac, un 0,63%; un Dax, un 0,53%. En Wall Street, los números rojos también se impusieron.

'Los bancos no están caros, pero eso no significa que vayan a subir. No es el momento de la banca', aseguraba ayer un analista que prefirió no ser identificado. Es cierto que la banca española apenas se resintió ayer. Pero las pérdidas acumuladas en el año superan más del 15% en el Popular, Bankinter, Banesto y Sabadell.

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