El vino de La Rioja Alta destila solidaridad
Viña Ardanza destina el 0,7% del beneficio a la filantropía
El milenario arte de hacer vino también se moderniza. No sólo ha ido incorporando novedades técnicas a sus métodos de elaboración. También está viendo como, cada vez con más frecuencia, las mujeres se incorporan a un negocio que tradicionalmente era de tradición masculina. Y, además, las nuevas tendencias de integración en la sociedad, de responsabilidad social corporativa y de solidaridad han comenzado a calar en el negocio.
Buena prueba de ello es la decisión que acaba de adoptar el consejo de administración del Grupo Rioja Alta, que elabora vinos tan emblemáticos como el Viña Ardanza. Guillermo de Aranzabal Agudo, José Miguel Rezola, Gorka de Aranzabal Urretavizcaya, Beatriz de Aranzabal Agudo, Eduardo de Aranzabal Alberdi y Fernando Maguregui aprobaron por unanimidad adoptar la idea de su compañera en el órgano de administración de las bodegas Maite de Aranzabal Agudo, bodeguera y pediatra. Así, a partir de ahora, el grupo vinícola destinará el 0,7% de sus ganancias a causas humanitarias y filantrópicas.
'La verdad es que yo llevaba tiempo diciéndole a mi hermano que iba a proponérselo y aunque a él la idea le encantaba, le daba miedo la reacción de los accionistas. Antes de la celebración de la junta general me avisó de que lo había estudiado y que lo iba a proponer. El consejo lo aceptó de buen grado y en la junta se votó por todos los accionistas con solo un voto en contra', explica Maite de Aranzabal.
La empresa 'apuesta por ejercitar una responsabilidad social corporativa'
La bodeguera considera además que los gobiernos deben hacer más esfuerzos para donar mucho más a los países en desarrollo 'para hacer justicia. Pero mientras ellos no lo donen, de algún sitio tiene que salir el dinero que les ayude a levantarse y valerse solos'.
De Aranzabal señala que 'hoy más que nunca nos debemos dar cuenta que formamos parte de un mundo global y que no hay que actuar sólo cuando suceden grandes catástrofes como los tsunamis o huracanes que salen por televisión'. La bodeguera, que ha viajado a diversos países del Tercer Mundo en misiones humanitarias, afirma que con este proyecto la Rioja Alta se sitúa a la cabeza de las iniciativas de responsabilidad social corporativa. El grupo explica que con la donación del 0,7% de su resultado la empresa 'apuesta por ejercitar una responsabilidad social corporativa que implique un compromiso activo con la mejora social, económica y ambiental de nuestra sociedad y de aquellas otras más desfavorecidas, tal como lo demuestra la mencionada donación del 0,7%'. La compañía productora de vinos explica que esta decisión, 'independientemente de su importancia, tiene un destacable valor simbólico, pues pone de manifiesto que el mundo empresarial (empresarios, accionistas ) es cada vez más sensible respecto a objetivos que van más allá de la cuenta de resultados'.
El grupo La Rioja Alta es una empresa multifamiliar, cuyos actuales accionistas e incluso algunos de sus directivos son descendientes de las cinco familias que fundaron la bodega en 1890.
Actualmente el grupo está compuesto por La Rioja Alta, con bodegas en Haro y Labastida y que elabora los Gran Reserva 890, Gran Reserva 904, Viña Ardanza, Viña Arana y Viña Alberdi.
La bodega Torre de Oña, ubicada en Páganos-Laguardia, elabora el Barón de Oña, vino moderno de Rioja Alavesa.
Por su parte, Lagar de Fornelos, en O Rosal, Pontevedra, produce el Albariño Lagar de Cervera y los aguardientes de Albariño Viña Armenteira. Y, por último, Viñedos y Bodegas Aster cuenta con los caldos Áster Reserva y Áster Crianza, en Ribera del Duero.
Los primeros proyectos
Maite de Aranzabal explica que después de analizar diversos proyectos, la donación del 0,7%, correspondiente a los resultados de la empresa bodeguera de 2006, se destinará al centro de capacitación agropecuaria Clima, para la promoción de la población campesina de Beregadugu, cerca de la capital del país de los campesinos negros, en Burkina Faso.El proyecto ha sido presentado por la ONG de ayuda al desarrollo vinculada a La Salle, Proyde. La contraparte local está integrada por los propios hermanos de La Salle de aquella zona. Se trata de apoyar la formación de familias campesinas pobres por medio de la dotación de equipamiento básico para un centro en el que realizan su aprendizaje. Acogen a 12 familias enteras cada año y entre otras cuestiones les enseñan técnicas agropecuarias. La Rioja Alta proporcionará el equipo, un tractor con pala, remolque, cuchilla, un hangar para guardar el material y los recursos y suministros que garanticen el trabajo de los formadores y encargados del centro. Otro de los destinos es el proyecto del padre Figaredo en Camboya, que necesita la construcción de un banco de arroz en el recinto de Chomnaom para que el arroz cultivado por los campesinos no se estropee y no sea robado antes de su utilización o su venta.