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Tribuna
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Las redes de nueva generación

El desarrollo de la sociedad de la información en España exige redes con capacidad y calidad de servicio que superen las actuales, al borde de la saturación, señala el autor. El esfuerzo inversor que esto requiere debe incentivarse, en su opinión, con un tratamiento regulatorio que permita crear un clima de confianza

Las redes de nueva generación han cambiado la tradicional visión en el sector de telecomunicaciones, de una red, un servicio, por la de muchos servicios a través de una única red. La migración hacia estas redes es posible gracias al protocolo IP de internet, y hacen posible nuevos servicios. Utilizan tecnologías, tanto inalámbricas y móviles como de fibra y cable, y pueden permitir velocidades hasta de 100 Mbit/s.

Estas redes son necesarias para atender la demanda de los nuevos servicios y aplicaciones multimedia: el vídeo bajo demanda, los videojuegos, la web semántica y en tres dimensiones, la televisión sobre IP, la alta definición, las aplicaciones empresariales, los servicios de la e-administración, etcétera. En definitiva, hacen falta redes con capacidad y calidad de servicio que faciliten el desarrollo de la sociedad de la información en España.

Hay que añadir que las redes actuales están llegando a la saturación. El par de cobre tradicional y su utilización para el acceso en banda ancha con la tecnología ADSL tiene fecha de caducidad, debido a sus limitaciones técnicas. En breve de tiempo, las redes actuales quedarán obsoletas, por lo tanto, es obligado disponer de las nuevas redes con la máxima urgencia. El despliegue de fibra óptica y las redes móviles de nueva generación solucionarán las necesidades de ancho de banda de los nuevos servicios y aplicaciones y posibilitará el acceso masivo a ellas por parte de los usuarios.

El par de cobre tradicional y su utilización para el acceso en banda ancha con la tecnología ADSL tiene fecha de caducidad

El debate abierto, con la consulta pública del regulador, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, los trabajos en Europa sobre la nueva regulación en el ámbito de las comunicaciones electrónicas y las negociaciones entre todos los agentes debe finalizar con un escenario favorable al despliegue de estas redes en España.

Se necesita un marco estable por parte de las Administraciones y el órgano regulador, que estimule y favorezca la inversión y la innovación en el sector. Habrá que hablar, y mucho, de regulación, marco de competencia, nuevos servicios, universalidad, etcétera, pero el resultado final no debe entorpecer el desarrollo de nuestras infraestructuras de red, necesarias para no perder el tren de nuestro futuro. Su despliegue necesita de inversiones multimillonarias. Las empresas que pueden hacer frente a éstas, las que están comprometidas con el despliegue de infraestructura propia, son muy pocas, y reclaman, con razón, las garantías necesarias para recuperar sus inversiones.

Para incentivar la inversión, se requiere un tratamiento regulatorio diferente del actual, que permita crear un clima de confianza y garantice una competencia real, con el acceso a estas redes de otros operadores, a partir de las negociaciones abiertas en un mercado competitivo, en un escenario igual al de otros sectores económicos liberalizados.

En este marco, se debe tener en cuenta la profunda transformación que está teniendo lugar en las infraestructuras que soportan los servicios. Facilitar desde los poderes públicos la extensión de estas redes, armonizando su despliegue y eliminando las barreras existentes. Gestionar de modo eficiente el espectro radioeléctrico. Fomentar la innovación de servicios y desarrollar políticas públicas que complementen las inversiones del sector privado, permitiendo la universalidad de la extensión de las redes y el acceso.

Los agentes privados deben apostar por la inversión e innovación, poner en marcha la infraestructura necesaria y realizar un gran esfuerzo para integrar los nuevos servicios y aplicaciones. Deben buscar acuerdos que permitan la colaboración, faciliten compartir recursos y capacidades de red y fomenten el desarrollo tecnológico, bajo estándares comunes, que garantice un modelo de desarrollo sostenible, sin sobresaltos, y que genere valor para las empresas.

La inversión anunciada, de no menos de varios miles de millones de euros en los próximos años, es esencial, no sólo por la generación de riqueza y empleo, sino para el futuro del desarrollo de la sociedad de la información en España y la competitividad de nuestra economía. Necesitamos infraestructuras de redes modernas y acordes con el papel que debemos jugar en el contexto económico mundial.

Parte de nuestro futuro depende de la capacidad de resolución que tengamos para afrontar los cambios que faciliten el éxito del despliegue de las redes de nueva generación. No debemos desaprovechar el compromiso empresarial, anunciado, de estar dispuestos y preparados para asumir el reto y contribuir con sus inversiones a la modernización de nuestro país.

Martín Pérez Presidente de Asimelec (Asociación Multisectorial de Empresas de Electrónica y Comunicaciones)

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