Cristina Kirchner promete más reformas económicas
Cristina Kirchner, la próxima presidenta argentina, promete 'profundizar en las reformas' en lo que puede ser una política económica continuista para un país amenazado por la inflación y la insuficiencia inversora.
Néstor Kirchner, el peronista que accedió a la presidencia de la Argentina inmersa en la crisis del corralito y por cuyo mandato pocos daban un duro, ha resistido cinco años en el poder y, con toda probabilidad, será relevado en el cargo por su propia esposa tras su victoria del domingo. Con el 96% de voto escrutado el lunes, Cristina Kirchner se hacía con un 44,9% de los sufragios, muy por delante de Elisa Carrió (23%) y Roberto Lavagna (19%) lo que le permite eludir una segunda vuelta. Además, el peronismo oficial mantiene el control del Parlamento, lo que otorga a Kirchner, felicitada ayer por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, un amplísimo poder.
En su primer discurso como ganadora, la candidata prometió 'profundizar en las reformas' emprendidas por su marido, lo que fue saludado con subidas en la bolsa local. En materia económica, Kirchner parte de una base relativamente sana, con crecimiento del PIB del 8,5% y superávit presupuestario. Sin embargo, no debe olvidarse de que la renta per cápita de los argentinos todavía está lejos de la que disfrutaban hace apenas seis años, antes de la desbandada de capitales que dejó a buena parte de sus 36 millones de habitantes bajo el umbral de la pobreza.
El crecimiento reciente se explica por el fuerte encarecimiento de las materias primas. Impulsadas por la demanda china, las plantaciones de soja se han extendido por toda la Pampa, y llegan a representar ya más del 25% de las exportaciones argentinas.
Pero las dudas siguen instaladas en la inversión extranjera. Los flujos que llegan a Argentina quedan lejos incluso de países mucho más pequeños, como Chile o Colombia. Carlos Malamud, investigador principal de América Latina del Instituto Elcano, considera que la inseguridad jurídica sigue siendo una losa para la atractivo del país. 'Ese déficit inversor podría acarrear problemas graves, sin que pueda descartarse una crisis energética a gran escala, debido al retraso en la construcción de infraestructuras', advierte.
La principal preocupación de las empresas españolas presentes en Argentina es el respeto a los contratos y las tarifas pactadas. De momento, Kirchner ha prometido actualizarlas en 2008, en un paquete conjunto con una revalorización de salarios.
Credibilidad, la principal cuenta pendiente
La incertidumbre inversora permanece instalada en Argentina, un país en el que el cumplimiento de lo pactado no siempre es la norma económica. En el fondo, una de las principales tareas pendientes es permitir que el mercado sea el factor crucial en la fijación de precios. Las vagas promesas reformistas de Kirchner contrastan con el posible carácter continuista de su gabinete ministerial. Los medios argentinos dan por segura la permanencia de Miguel Peirano al frente de Economía, aunque está en el aire que se mantenga en el cargo el Ministro de Planificación, Julio Debido. Malamud considera que, 'de momento, no se observan grandes señales de cambio. Parece que pesa el síndrome Bachelet, la presidenta de Chile que no dejó a ningún ministro de Ricardo Lagos, una decisión que le ha causado problemas', explica.El analista teme que el futuro Ejecutivo mantenga una práctica popularizada por sus predecesores: 'En los últimos años, el Gobierno ha presupuestado ingresos menores a los previstos, para poder utilizar discrecionalmente el diferencial sin control parlamentario'. Además, Malamut lamenta que el superávit fiscal acumulado en los últimos ejercicios 'se ha licuado en los meses previos a las elecciones, por el clientelismo y la búsqueda de apoyos de gobernadores y alcaldes'.Todo ello dibuja un panorama complejo, en el que el ataque a las desigualdades sociales puede resultar crucial. El crecimiento económico de los últimos años ha reducido los niveles de pobreza, pero las diferencias sangrantes permanecen, lo que ha llevado el desencanto a las grandes ciudades. En la capital, Buenos Aires, la candidata más votada fue Carrió. El jefe de Gabinete de Néstor Kirchner llegó a regañar por ello a los porteños en una cadena de radio: 'Dejen de votar y pensar como una isla', instó.