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Banca

Merrill Lynch prepara el cese inmediato de su presidente

La crisis de las 'hipotecas basura' ha puesto contra las cuerdas al presidente ejecutivo de Merrill Lynch, Stanley O'Neal, que ultima su salida del banco, según publica hoy The Wall Street Journal. Sólo unos días después de presentar resultados trimestrales, los primeros negativos en los últimos seis ejercicios -con unas pérdidas de 2.310 millones de dólares-, la mayoría del Consejo de Administración del banco de inversión norteamericano habría alcanzado ya un consenso para cesarlo, según adelantaba ayer The New York Times.

La destitución de O'Neal no es sólo consecuencia de los malos resultados contables, sino de su gestión de la crisis, ya que los consejeros le echan en cara que negociase sin consultarles una eventual fusión con una firma rival, Wachovia. Estos consejeros piensan que no debió buscarse la venta de activos de la compañía en un momento en que su valor está bajo y en el que la prioridad debe ser recuperar la reputación de la sociedad.

El pasado miércoles, tras la presentación de los resultados O'Neal afirmaba que más allá del ámbito de las titulizaciones hipotecarias, confiaba en una "tendencia de la economía global favorable" y esperaba que sus negocios "pudieran comportarse tan bien como lo han hecho todo el año".

Según The New York Times, el candidato que cuenta con más posibilidades de suceder a O''Neal al frente de Merrill Lynch es Laurence D. Fink, presidente de la firma de inversión y asesoramiento financiero BlackRock.

Un despido de 159 millones de dólares

Por otra parte, The New York Times estima que el cese de O'Neal costará como mínimo 159 millones de dólares. Como presidente y director ejecutivo del banco tiene derecho a 30 millones de dólares en prestación de retiro y a 129 millones de dólares en acciones y stock options, calculadas al precio que el valor tenía el pasado viernes en Wall Street, 66,09 dólares.

Estas cantidades se sumarían a otros 160 millones de dólares que O'Neal se ha embolsado durante los cinco años en que ha dirigido la compañía, unas ganancias impulsadas por su agresiva política en la emisión de títulos vinculados a las hipotecas subprime y otros de elevado riesgos.

El año pasado, O'Neal ingresó 46,4 millones de dólares, lo que le convirtió en el segundo empresario mejor pagado de Wall Street, tras Lloyd C. Blankfein, de Goldman Sachs, que ganó 54,3 millones de dólares.

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