El retraso del 787 le cuesta a Boeing más de 3.000 millones
Boeing ofreció ayer un primer avance del impacto que tendrá para sus cuentas los retrasos en el programa del nuevo 787 Dreamliner, el avión de capacidad media y largo alcance con el que aspira a arrebatar el liderazgo aeronáutico a su rival Airbus.
En principio, la demora le puede costar hasta 4.500 millones de dólares (3.160 millones de euros), que es lo que previsiblemente dejará de ganar en 2008. La compañía revisó ayer sus previsiones para el año que viene, recortando sus perspectivas de ingresos hasta un 6,25%, al pasar de 72.000 millones de dólares (50.530 millones de euros) a una horquilla de 67.500 o 68.500 millones de dólares (de 47.370 a 48.072 millones de euros).
Los efectos sobre la división de aviones comerciales serán mayores, con una reducción de las previsiones de ingresos de 5.000 millones de dólares (3.500 millones de euros), es decir, de un 12,5%. El nuevo objetivo se sitúa entre los 35.000 y los 36.000 millones de dólares (entre 24.560 y 25.255 millones de euros).
El número de entregas de aviones también se reducirá el año que viene, de las 515-520 unidades estimadas en un principio a 480-490.
El otro parámetro financiero que se verá afectado por el nuevo calendario del 787 es la generación de caja, que será hasta un 57% inferior a la prevista y rondará los 3.000 millones de dólares (2.105 millones de euros).
Los problemas detectados en el desarrollo del avión han obligado también a la compañía a aumentar un hasta un 17,6% las partidas previstas en I+D para 2008, hasta los 3.400 millones de dólares (2.385 millones de euros). La mitad del incremento está provocada por el programa del 787.
Boeing presentó ayer los resultados correspondientes a los nueve primeros meses del año, que mejoraron un 132%, hasta 4.314 millones de dólares (3.025 millones de euros). La buena marcha del grupo llevó a elevar hasta un 13,8% las previsiones de beneficio para el cierre de año, que sitúa en hasta 5,75 dólares por acción.