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Alimentación

Los súper tendrán 30 días para ejecutar alzas de precios

Las patronales de los supermercados y la alimentación han pactado un código de buenas prácticas que regulará las discrepancias comerciales entre ambas, como los plazos para ejecutar subidas de precios.

Industria alimentaria y supermercados quieren dejar al margen sus divergencias y llegar a lugares comunes para resolver los conflictos del sector, como las disputas por los plazos de pago, las negociaciones comerciales o la logística y el suministro. Para conseguirlo, la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) acaban de sellar un pacto de recomendaciones de buenas prácticas.

'Los conflictos entre distribuidores y proveedores nacen del desorden, en las negociaciones comerciales hay pocas cosas por escrito', reconocía ayer el secretario general de FIAB, Jorge Jordana. 'Tenemos que imponernos voluntariamente unas reglas de juego', señaló. Las negociaciones comenzaron hace un año y medio entre ocho representantes de la industria alimentaria y ocho de los supermercados.

Uno de los acuerdos alcanzados por las dos patronales hace referencia a los plazos que tendrán la industria y los distribuidores para hacer efectivo un incremento del precios de los productos alimentarios. Los proveedores tendrán que comunicar la modificación de sus tarifas con un plazo de antelación de 30 días, salvo que existan pactos específicos. Un cambio de precios que siempre deberá comunicarse por escrito y, en caso de que no haya respuesta del distribuidor, las nuevas tarifas se harán efectivas a partir del día siguiente al plazo acordado o, en ausencia de éste, 30 días después.

Dentro del acuerdo figuran aspectos como la logística y la necesidad de prevenir las faltas de suministro o la 'puntualidad' en las negociaciones.

'Los conflictos cuestan dinero, eficiencia y tiempo, en este negocio la clave es la rotación y la rapidez', aseguró Ignacio García-Magarzo, director general de Asedas. Según Jorge Jordana, la eficiencia podría permitir un ahorro a los consumidores del 0,5% del precio de venta de los productos. Tras este acuerdo, las dos patronales contarán con un comité independiente que resolverá los conflictos entre ambas. Uno de los puntos de fricción más habituales entre la distribución y sus proveedores son los plazos de pago. A partir de ahora será la autoridad administrativa de la comunidad donde esté la sede de la empresa de alimentación la que encargue de dirimir las disputas.

Regularán las promociones, las negociaciones y la logística

El acuerdo entre Asedas y FIAB recoge aspectos muy concretos en las negociaciones entre ambos lados de la cadena alimentaria. Por ejemplo, exige 'puntualidad propia de la buena educación' para que las partes no se hagan esperar más de 15 minutos en las negociaciones comerciales. En cuanto a las actividades promocionales, fija que los vales de descuento se acuerden entre los operadores afectados y, en caso contrario, los distribuidores podrán no participar en las promociones. Además, ambas partes se comprometen a colaborar en materia logística para evitar posibles faltas de suministro, que pueden conllevar, si existe mala fe, compensaciones económicas.

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