La solvencia del seguro empeora bajo los nuevos parámetros contables
Nuevas normas de juego, nuevos resultados. El seguro español experimenta con los requisitos de solvencia que quiere establecer la Comisión Europea y los números que aparecen tienen poco que ver con el panorama que dibujan sus cuentas bajo la normativa en vigor. El aspecto más llamativo: los requerimientos de capital suben de forma notable para todas las entidades.
La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGS) dio a conocer ayer los resultados del tercer estudio de impacto (QIS 3, en la jerga del sector) para la industria aseguradora nacional. Este análisis forma parte de las mediciones que han puesto en marcha las autoridades comunitarias antes de redactar la nueva directiva, conocida como Solvencia II. Está previsto que la ley entre en vigor en 2012, después de haberse desarrollado cinco o seis estudios de impacto.
La calibración recién publicada muestra cómo, de aplicarse los criterios que contempla, los requerimientos de capital se incrementarían en un 165% para las entidades de vida, un 231% para las de no vida y un 200% para las compañías que trabajan ambos ramos. En todo caso, el supervisor admite que estos datos adolecen de 'un elevada desviación típica que reduce su fiabilidad'.
En el Ministerio de Economía reconocen que 'las mutuas, sobre todo las pequeñas de no vida, sufren un mayor incremento del requerimiento de capital que las sociedades anónimas'. Mientras, 'por tamaños, las entidades grandes sufren una menor subida'. En el tercer estudio de impacto han participado 108 compañías que suman una cuota de mercado próxima al 77%, tanto en el área de vida como en la de no vida.
Solvencia II obligará a cada entidad a ponderar individualmente los riesgos que afronta y prepararse ante ellos. Actualmente, se aplica un sistema universal a todos los grupos para medir las provisiones matemáticas que deben aplicar. Aunque con el nuevo sistema podrían subir los requerimientos de capital, también pueden incrementarse el valor de los activos en manos de las compañías.