Los otros efectos del ajuste del ladrillo
La crisis del sector provocará una menor actividad en subsectores como cemento, azulejos o muebles
La desaceleración en el sector de la construcción es un hecho. Cada vez se hacen menos casas nuevas (de 900.000 viviendas en 2006 se pasará a 550.000 en 2008, según reconoce el Gobierno) y cada vez se tarda más en vender las de segunda mano. Los promotores ya están empezando a tener problemas para conseguir créditos con los que financiar sus proyectos y han empezado a parar construcciones a la espera de que las condiciones de acceso al crédito mejoren.
En este escenario, los que primero han empezado a sentir 'el aterrizaje suave' del sector son los proveedores de materiales de construcción, como cementos, electrodomésticos, acero o material eléctrico. La venta o el consumo de estos materiales son un indicador avanzado de la marcha del sector y todo indica que este va a sufrir un fuerte parón en los dos últimos trimestres del año y en 2008. Así lo corrobora Rafael Fernández, director general de la Confederación Española de Asociaciones de Fabricantes de Productos de Construcción (Cepco), quién señala que a principios de este año se han producido ligeros incrementos del 1% y del 3% en actividad y ventas. 'Sin embargo, esa tendencia se ha invertido en el segundo semestre. En agosto y septiembre se han producido retrocesos generalizados en algunas zonas de España, que en algunas ciudades ha sido del 5%'. En su opinión, ese retroceso en la demanda de materiales va a hacer que el año 'se cierre con una caída entre el 2% y 3%', recalca.
El panorama no es mucho mejor para 2008. Fernández reconoce que la demanda de materiales bajará un 10% en 2008, algo incompatible, reconoce, con las previsiones de crecimiento del Ejecutivo. 'Con un crecimiento del 2,7%, prevemos que la demanda de materiales se reduciría en un 5%. Si nuestra previsión para el sector es de un descenso del 10% en 2008, es bastante difícil que la economía española crezca un 3,3%', puntualiza.
Esta desaceleración puede plantear tensiones en el mercado laboral de la construcción, en el que trabajan 1,9 millones de personas, y en el de los materiales de construcción, que emplea a otras 800.000 personas. El BBVA prevé que, tan sólo en la construcción, se destruirán 83.000 empleos en 2008 frente a los 150.000 creados al año en los últimos siete ejercicios.
Con este escenario, ¿cómo se están preparando los afectados ante el ajuste? En un primer momento, trasladando la actividad hacia otros sectores fuera de la edificación residencial. Así lo confirma Aniceto Zaragoza, director general de la patronal del cemento Oficemen, que apunta que el crecimiento del consumo de cemento llegará a mínimos de los últimos diez años. 'A principios de 2007, el consumo crecía por encima del 6% y en el momento actual estamos en el 1%. La curva ha ido tumbándose en los últimos meses', señala. Los posibles efectos en descenso de actividad y destrucción de empleo intentarán compensarse con un traslado de la actividad hacia la obra civil. 'El cemento es uno de los elementos que más impacto tiene dentro de la obra civil, ya que representa el 5% del los costes totales. Si aumenta la obra civil, de alguna manera subirá el consumo de cemento y no habrá efectos sobre el mercado laboral, en parte también por la fuerte licitación de obra pública y el PEIT', recalca.
Otros sectores 'se orientarán' hacia las exportaciones para compensar la bajada de demanda nacional. Fernando Diago, presidente de la patronal azulejera Ascer, señala que la ventas de azulejos están muy diversificadas, 'ya que el 50% de exportaciones van a 170 países'. Sin embargo, Diago confirma que la crisis inmobiliaria en EE UU ha rebajado sus ventas al exterior. 'Las exportaciones en los seis primeros meses a EE UU han bajado un 36% y eso se ha notado en el total, que tan sólo han subido un 8%'. Respecto a la demanda nacional, cree que las expectativas de desaceleración han generado restricciones, aunque cree que el sector no se verá especialmente afectado, puesto que la reposición 'sigue un plazo más largo y no está afectada por el mayor o menor crecimiento de la obra nueva', señala.
Algo similar ocurre con los electrodomésticos. Alberto Zapatero, director general de la patronal Anfel. considera 'precipitado' hablar de un impacto directo en el sector, 'ya que tan solo entre un 20% y un 30% de las ventas depende del nuevo equipamiento asociado a la construcción, mientras que el restante 70% está vinculado a la reposición de equipos existentes'. Zapatero confirma que, si bien el sector está cambiando en los últimos meses, 'no hay una influencia directa en el cambio de ciclo de la construcción'. No lo dicen así las estadísticas de ventas de enero a septiembre, en las que se producen bajadas generalizadas, aunque desde Anfel apuntan a la subida de tipos y a las hipotecas como responsables de la misma.
También han notado caídas en la producción en el sector del material eléctrico. Andrés Carasso, secretario general de la patronal AFME, confirma esa tendencia, aunque reconoce que puede compensarse por una mayor demanda del material destinado a usos industriales. Ante los previsibles descensos de actividad y empleo, Carasso apuesta por la exportación o la rehabilitación como soluciones a corto plazo.