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Ramón Jauregui

'He dejado de pretender que la responsabilidad se legisle'

Diputado del PSOE, presidió la subcomisión para el fomento de la RSC en el Congreso que elaboró el Libro Blanco. Ahora encabeza el foro Alternativa Responsable, que acaba de publicar un 'Manifiesto por la Responsabilidad Social de las Empresas'

Lidera lo que él denomina como 'un grupo heterogéneo de gente sin partidismos' del que son fundadores junto al diputado por el PSOE Ramón Jáuregui, el director general de Responsabilidad Social de Mapfre, Juan José Almagro; el subdirector general de reputación, marca, responsabilidad social corporativa y medio ambiente de Telefónica, Alberto Andreu; la vicepresidenta de la ONG Economistas sin Fronteras y vicerrectora de la UNED, Marta de la Cuesta; el director de Reputación y RSC de PwC, Javier Garilleti y el periodista Jordi Jaumà. El foro pretende proponer iniciativas relacionadas con la responsabilidad social de las empresas (RSE), las instituciones y a la sociedad para tratar de difundir este concepto.

Parece que la RSE es sólo cosa de las grandes empresas, pero ¿qué pasa con las pymes?

æpermil;se es uno de los problemas que afectan a la RSE, el de la transmisión a las pymes. Es algo que sólo pasará si las grandes empresas las arrastran, porque muchas de ellas son proveedoras de las grandes. Una de las cuestiones que barajamos desde Alternativa Responsable es la conveniencia de que en las memorias de RSE se introduzca transparencia en relación con la cadena de proveedores. Es una idea que ha generado una intensa polémica en Reino Unido y muchas protestas desde el mundo empresarial, que entiende que puede ser una información confidencial. Pero la publicación de la lista de proveedores no llegará a España como imperativo legal, aunque sí que irá apareciendo en las memorias de las firmas que ya empiezan a preocuparse por sus proveedores. Hay cosas que no tienen que ser objeto de regulación legal, porque el mundo económico es muy sensible a la regulación.

Esta afirmación es un cambio de discurso frente a lo que opinaba al principio de la legislatura, ¿no?

Me he vuelto más prudente y sobre todo, me gustan los acuerdos autorregulatorios. Además, la intervención pública no siempre tiene que plasmarse en una ley. He dejado de pretender que la RSE se legisle. Me he hecho partidario de intervenciones públicas puntuales. Por ejemplo en la adjudicación de contratos públicos. CEOE critica que lo que es voluntario, como la RSE, no puede ser objeto de discriminación, pero eso ya existe en la I+D+i que es una cuestión voluntaria, sin embargo, se fomentan estas políticas con desgravaciones fiscales y nadie se escandaliza. Lo mismo podría pasar con la responsabilidad.

¿Ya se ha resuelto el conflicto con las siglas? Ustedes hablan ahora de RSE y no de RSC.

No soy fundamentalista con las siglas. La RSC es un concepto más amplio ya que incorpora además de empresas a otro tipo de corporaciones, desde una Universidad a un hospital, por ejemplo. Y en ese sentido me gusta más RSC. Pero no me parece mal el término de RSE.

Hay quien dice que la responsabilidad debe integrarse en la gestión de las empresas.

Pero no debe confundirse con una técnica de gestión porque es mucho más que eso. Tiene un fundamento más profundo en la relación de la empresa con la sociedad.

¿No cree que sea por tanto una moda, como argumentan algunos?

No. No es un movimiento coyuntural. Me recuerda a lo que se vivió en los años 80 con la calidad, que penetró en los procesos productivos en todo el mundo. La RSE viene para quedarse y se configura como el necesario antecedente de un nuevo contrato social. Pero en su desarrollo existen peligros, como el de que se confunda con acción social, porque la RSE es mucho más y tiene que aplicarse en todos los terrenos. Otra dificultad es la de medir los reportes de RSE de las empresas. Es verdad que es una práctica voluntaria y personalísima y que cada empresa es un mundo, pero la manera en la que se informa a la ciudadanía y de cómo se verifica es un amplio capítulo pendiente.

¿Cómo se podría mejorar?

Sería interesante que la verificación la hicieran los grupos de interés. Me ofrecería más confianza la verificación de una memoria por un sindicato cuando se habla de relaciones laborales, de una ONG, o de la coordinadora de discapacitados, cuando se habla de integración laboral de este colectivo, por ejemplo.

Impulso. Mucho que hacer en el campo de la inversión

La inversión socialmente responsable (ISR) no consigue despegar en España. 'Es una de las grandes lagunas de la RSE', opina Ramón Jáuregui, diputado del PSOE y presidente de la nueva plataforma Alternativa Responsable para divulgar este concepto y su adopción por parte de las empresas. Lo cierto es que el patrimonio de los fondos de inversión domiciliados y gestionados en España que cumplen criterios de ISR sólo son el 0,5% del total del patrimonio invertido en fondos de inversión. Aunque Jáuregui confía en que la nueva ley para la gestión del fondo de reserva de la Seguridad Social incentive la inversión responsable, ya que está previsto que un 10% de este fondo pueda ser desviado a renta variable. Pero entre las condiciones para la inversión deberá garantizarse que ésta se haga con criterios de desarrollo sostenible y atendiendo a buenas prácticas financieras. 'En materia de inversión socialmente responsable tenemos mucho que hacer', concluye Jáuregui, quien añade que también es necesario conseguir una sociedad bien informada sobre la RSE y su alcance. 'Con medios de información económicos que informen críticamente del quehacer de las empresas. Hace falta una sociedad capaz de elegir, de premiar y de castigar', afirma.Entre los próximos planes de Alternativa Responsable, que admite adhesiones de empresas y particulares interesados en la materia, se encuentra la elaboración de documentos sobre la importancia de la cadena de proveedores en la RSE, el fomento de una mayor participación de los accionistas en las empresas y el papel de éstas en la inmigración.

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