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Unión Europea

La UE reclama a EE UU y China que reajusten el tipo de cambio

Los ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) acordaron ayer que los tipos de cambio del euro con las divisas de China, Estados Unidos y Japón no son los adecuados, y emplazaron a estos países a corregir la situación.

El euro se ha convertido en la moneda estrella del siglo XXI... a pesar de los trece países que forman la Unión Monetaria europea. Los ministros de Economía de esos países emitieron un comunicado tras reunirse en Luxemburgo, en el que reiteran que los tipos de cambio deben reflejar la situación económica de cada país o área económica.

En primer lugar criticaron la posición de China e instruyeron a los agentes diplomáticos para que den solución antes de fin de año al problema de la excesiva infravaloración del yuan.

A Estados Unidos le recordaron los compromisos de sus líderes políticos y económicos de mantener 'un dólar fuerte' y le exigen que actúe en consecuencia.

Los sindicatos europeos reclaman el fin de la 'brutal apreciación del euro'

Por último, es Japón a quien los europeos dan un toque de atención, dado que todos los análisis coinciden en señalar que su economía está en franca recuperación y, por tanto, no ha lugar a mantener la debilidad del yen.

La UE considera al G-7 como el foro primordial para que se atiendan sus requerimientos y evitar que el euro, que se ha revalorizado frente al dólar en más de un 30% desde el año 2000, siga ese camino.

'Sin duda, vamos a reforzar el mensaje', había señalado antes del encuentro el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker. La presión para una intervención de las autoridades ha arreciado desde que el euro alcanzó su máximo histórico de 1,42 frente a la divisa estadounidense. Ayer mismo, la Confederación Europea de Sindicatos pidió a los ministros que den un mandato claro al Banco Central Europeo para frenar 'la brutal apreciación' de la moneda única.

La semana pasada era la patronal del continente, BusinessEurope, la que, defendiendo la independencia del BCE, advertía de todos modos que el tipo de cambio había alcanzado ya 'un umbral doloroso'.

Pero no todos los socios comparten en la misma medida la preocupación por una revalorización que, en términos reales, ha compensado la caída del euro entre 1996 y 2000. El ministro alemán, Peer Steinbrück, reiteró ayer la predilección de su país 'por un euro fuerte'. Los Trece saben que el reajuste depende de un consenso internacional en otras esferas. 'El foro informal adecuado para debatir es el G-7', ha señalado Trichet.

La próxima cita de los siete países más industrializados del planeta (EE UU, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá) es el 19 de octubre en Washington, un día antes del encuentro del FMI.

El BCE puede recibir instrucciones

Los sindicatos europeos (CES) y la presidenta de la Comisión de Asuntos económicos de la Eurocámara, la socialista francesa Pervenche Berès, coincidieron ayer en recordar que el Tratado de la UE prevé la posibilidad de cursar al Banco Central Europeo 'orientaciones generales para la política de tipos de cambios en relación con una o más monedas extracomunitarias'. El órgano encargado de dictar esas instrucciones es el Consejo de Ministros de Economía (Ecofin) de la UE, que debe aprobarlas por mayoría cualificada. El Ecofin se reúne hoy en Luxemburgo. Y en Bruselas, el presidente del BCE, Jean-Claude Juncker, se someterá a una sesión de control en el Parlamento europeo, en la que se espera que se redoblen las peticiones a favor de una intervención para enfriar el euro.El BCE, hasta ahora, se ha desentendido de la escalada de la divisa y ha rechazado, como una violación a su independencia, cualquier invitación a intervenir. Pero si la revalorización del euro continúa, la posibilidad de que reciba un toque por vía legal puede ganar enteros.

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