Freno al buen gobierno
El comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, acaba de echar un auténtico jarro de agua fría sobre los defensores del buen gobierno empresarial. Ha anunciado que desiste de su idea de impulsar el principio de proporcionalidad que debería garantizar que los accionistas voten en función del número de acciones que posean. Desde que él mismo anunciara, prácticamente al inicio de su mandato, la intención de la CE de impulsar la democracia accionarial, de modo que cada acción equivalga a un voto, el debate sobre este asunto ha sido, según sus propias palabras, 'feroz'. Ahora, la sospecha de que detrás del abandono de fomentar el principio de una acción, un voto se esconda la presión de ciertos grupos empresariales y de ciertos países, más interesados en mantener los blindajes, no deja en buen lugar a un comisario que se había marcado como objetivo impulsar un buen gobierno que ahora se ha encargado de frenar.