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Ana Palacio

'Habrá 1.500 millones más para ayuda al desarrollo'

La número dos de Robert Zoellick explica las nuevas prioridades del organismo multilateral en un mundo cada vez más complejo. Pese a los cambios, la financiación del desarrollo sigue en el punto de mira.

Fue ministra de Asuntos Exteriores en el último gobierno de José María Aznar, y hoy es número dos de Robert Zoellick al frente del Banco Mundial. Una institución surgida de los acuerdos de Bretton Woods, en 1944, que busca adaptarse a los nuevos tiempos. Ana Palacio acaba de participar en un homenaje de la Comisión Europea a su hermana Loyola, organizado por el Instituto de Empresa.

¿En qué situación se encuentra el Banco Mundial para afrontar sus objetivos de desarrollo?

Ahora mismo, tenemos fondos más que suficientes para desarrollar nuestra labor. El Banco tiene capacidad para expandirse, y recibe las mejores calificaciones por parte de las entidades de rating. En las próximas semanas el grupo aprobará una contribución a la Agencia Internacional de Desarrollo (la rama concesional) de 1.500 millones de dólares que esperamos marque el tono para las contribuciones de los demás donantes, en especial los gobiernos europeos.

Pero hay que tener en cuenta que el mundo actual no es el de mediados del siglo pasado. Hoy una de las principales fuentes de inversión en África es China, país que, a su vez, recibe capitales del Banco Mundial. La intervención privada en el desarrollo se ha multiplicado, igual que los objetivos de la ayuda. Hoy el desarrollo no puede concebirse sólo como crecimiento, sino que es fundamental la distribución de este.

¿Cree que las turbulencias financieras que está viviendo el mundo desde la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos puede afectar al Banco?

Como todos los grandes organismos, realizamos un análisis diario de los efectos de la crisis. Estamos alerta, pero las informaciones de las que disponemos en la actualidad no han hecho saltar alarmas, de momento.

La ONU acaba de lanzar un programa para recuperar fortunas ilegítimas acumuladas por dictadores. ¿Qué papel jugará en él el Banco Mundial?

La recuperación de fondos es una iniciativa de Naciones Unidas, que se ocupará de la misma. El Banco Mundial contribuirá en la formación de funcionarios y en general en todo lo que es crear la infraestructura humana e institucional en el país del que los fondos fueron desviados.

Usted desarrolla un papel principal en la mediación de disputas entre gobiernos y empresas. ¿En qué situación está la de Repsol con Bolivia?

Soy secretaria general del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, una tarea fundamental para el desarrollo. Porque este requiere de capitales, y para que lleguen los fondos debe fomentarse la confianza en el inversor. Cada caso es dirimido por el tribunal al que le corresponde, y en el de Repsol aún no ha salido el laudo. Los plazos son relativamente ágiles, entre un año y medio y dos años.

También participa en el grupo de sabios que, a propuesta del presidente, Nicolas Sarkozy, elabora propuestas para relanzar la economía de Francia. ¿Por dónde irán las recomendaciones?

Presentaremos un primer informe en menos de dos meses, y esperamos tener la propuesta definitiva antes de fin de año. Estamos abordando todo el espectro de la regulación: desde las profesiones reglamentadas hasta los horarios comerciales o las insolvencias, sin excluir la jornada de 35 horas.

¿Necesitaría España medidas en esa dirección?

Buena parte de las reformas necesarias ya han sido realizadas en España, fundamentalmente en los gobiernos de José María Aznar. La evaluación de necesidades debe ser permanente, pero creo que ya se ha hecho mucho en este sentido.

¿Está nuestro país concienciado sobre la necesidad de la ayuda al desarrollo?

De un tiempo a esta parte, los ciudadanos se han dado cuenta de que buena parte de los retos actuales, como las pandemias o la inmigración ilegal, están relacionados con el desarrollo. España ha despertado en los últimos años.

Reflexión sobre el carácter imprescindible

Palacio reflexiona sobre el nuevo papel del Banco Mundial en las políticas de desarrollo: ¢El nuevo presidente ha lanzado el mensaje de mirar hacia el futuro, para rebatir la impresión de que la época dorada del Banco ha quedado atrás. Hoy existe una multiplicidad de nuevos agentes de desarrollo, y el Banco Mundial está lejos de tener la exclusividad en el mercado internacional de capitales. Una fundación como la de Bill Gates puede destinar cantidades ingentes de dinero en la lucha contra enfermedades, pero la actuación del Banco sigue siendo muy necesaria. Frente a esa multiplicidad de proyectos verticales, se necesita una labor de vertebración y coordinación de las ayudas. El Banco Mundial aporta las carreteras y la electricidad necesarias para que las vacunas alcancen su destino. Pasado el tiempo, nos hemos convertido en un agente horizontal de carácter imprescindible¢.

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